El alcalde de la ciudad, Jaume Collboni, tiene un molesto enemigo en sus antiguos aliados, los comunes. Las huestes de Ada Colau han declarado la guerra abierta contra al actual alcalde y están dispuestas a amargarle la legislatura por tierra, mar y aire. No hay paz para el alcalde, a menos que claudique y admita todas las exigencias que le pueda plantear Barcelona en Comú, especialmente en los ámbitos que este partido considera cruciales, como la ordenación urbana, el turismo, el comercio o la vivienda, además de otros gestos simbólicos de adhesión o rechazo a determinados principios ideológicos. En un momento en que ha caído la tercera condena judicial (por graves deficiencias en la tramitación y por hacer trampas en los proyectos) contra el eje verde del Eixample proyectado por los comunes en el anterior mandato no deja de ser paradójico el acoso y derribo al alcalde para desgastarle.
Lo cierto es que los antiguos socios de gobierno de Collboni ni perdonan ni olvidan. Los comunes atizan bajo mano una rebelión de plataformas vecinales y cívicas en el distrito del Eixample. La última andanada se debe a las obras de remodelación de la Línea 8 de Ferrocarrils de la Generalitat, que irá soterrada en el parque Joan Miró. Aunque la revuelta está capitaneada por la Asociación de Vecinos y Vecinas del Eixample Esquerra, se han añadido a sus propuestas casi una decena de entidades próximas a los comunes.
Proyectada por los comunes
Una de estas plataformas, Eixample Respira, está radicalmente a favor de la gran superilla proyectada por el anterior consistorio de Ada Colau. Eixample Respira se define como “apartidista”, pero en realidad ha sido impulsada por dirigentes de los comunes, el principal de ellos, Guille López, actual concejal del Ayuntamiento (fue de número 4 en las últimas municipales, aunque se considera independiente). Hay otras plataformas que también coquetean con los comunes. De hecho, BeC es la formación que más redes vecinales controla, con diferencia, y algunas de las asociaciones que ponen contra las cuerdas a Collboni ya empezaron desde el primer momento a ponerle palos en las ruedas porque sospechaban que iba a acabar con la superilla tal y como estaba proyectada.
Estas plataformas se suman a la campaña de acoso al consistorio con motivo de la estación de enlace de Joan Miró, porque es el referente de un tema que puede despertar el interés vecinal y social y que puede crear dolores de cabeza a los responsables del Ayuntamiento. Eixample Respira es, con mucho, la plataforma mejor organizada de todas las que se suman a la guerra contra el consistorio. Acaba de llevar al Tribunal de Cuentas Europeo la inacción del Ayuntamiento barcelonés en la lucha contra la contaminación. Su intención es que no puedan llegar fondos europeos Next Generation a Barcelona porque “falta voluntad política” para afrontar el tema de la contaminación.
Preguntas a los partidos
También ha interpuesto una denuncia ante el Síndic de Barcelona (otro alto cargo que está alineado con los comunes). En otras palabras, la plataforma vinculada a los comunes está dispuesta a todo para desgastar al alcalde, en palabras de un directivo municipal, “porque consideran que hemos de seguir adelante con los planes de Colau y hemos de preservar su herencia, potenciando los proyectos que Barcelona en Comú había puesto en marcha, despreciando que nosotros tenemos nuestro propio programa con el que hemos concurrido a las elecciones”.
Este jueves, Eixample Respira ha dirigido tres preguntas a todos los candidatos a las elecciones del próximo 12-M. Pregunta sobre posiciones de los partidos ante los problemas de salud de los vecinos como consecuencia de la mala calidad del aire, el ruido y la falta de verde, cuál es la propuesta alternativa a la tala de árboles y al destrozo del parque Joan Miró y si su partido parará las obras para buscar una localización alternativa.
Lo cierto es que las obras se hacen para un transporte público que no provocará ni ruidos ni humos, sino todo lo contrario: mejorará el tráfico para poder cruzar la ciudad limpiamente. Esta circunstancia es reconocida desde la AAVV, pero a esta entidad le preocupa que la tierra que saque la tuneladora se vierta en el parque. También muestra su preocupación por el hecho de que las obras causarán muchas molestias a los vecinos mientras duren. Asimismo, exigen que se garantice la preservación del parque Joan Miró como “un pulmón verde del barrio, declarado también refugio climático”.
El caso de la F1
El distrito del Eixample se ha vuelto una zona de batalla y de trincheras. En él cargan los comunes sus baterías contra Collboni. Otro de los caballos de batalla de los de Colau es evitar que haya una exhibición de bólidos de Fórmula 1 este mes de junio, denominada F1 Live Barcelona Road Show. El alcalde y la Generalitat quieren realizar un fin de semana de coches cerrando el paseo de Gràcia, entre la calle de Aragó y la plaza de Catalunya para que los barceloneses puedan ver de cerca los aparatosos coches de carrera y asistan en vivo y en directo a algunas exhibiciones.
La demostración se realiza coincidiendo con el Gran Premio de Fórmula 1 en el Circuito de Montmeló entre los días 21 y 23 de junio. Los políticos catalanes han pensado este show (que costará alrededor de un millón de euros) para mostrar a los organizadores del Gran Premio Automovilístico su apoyo y lograr que la competición internacional continúe celebrándose en Cataluña y no se vaya a Madrid, donde ya ha firmado una primera carrera en 2026. Por algo es un evento que deja cientos de millones de euros en la economía catalana y barcelonesa cada vez que se celebra.
Janet Sanz, en contra
Los motivos económicos y de riqueza de la competición son pecata minuta para los comunes, que rechazan el Gran Premio. Janet Sanz, la anterior responsable del área ecológica del Ayuntamiento y la que lideró la guerra contra el coche, es una de las abanderadas de este frente antialcalde: “Barcelona ha de liderar la lucha contra la emergencia climática, la pacificación del espacio público y reducir la masificación turística. Este evento va en la dirección contraria, más cerca de la Valencia de Barberà y la Madrid de Ayuso. Somos una gran ciudad. Podemos escoger”, alertó la dirigente de los comunes.
La exhibición, pues, cuenta con la desaprobación de los comunes y de sus plataformas. En este tema, igual que en el del parque Joan Miró, los comunes pusieron en marcha sus plataformas amigas, especialmente las Ampas y Afas. También Eixample Respira toma cartas en el asunto: “Es un despropósito que se plantee una exhibición de F1 en el núcleo urbano de la ciudad. Es un evento que empeora la calidad del aire, incremente el ruido y fomenta la conducción rápida. Se envía un mensaje contradictorio a la ciudadanía”, clamó la plataforma vinculada a los comunes. Su planteamiento es especialmente ácido con el alcalde: “Sólo hay 500.000 euros para la mejora de los entornos escolares de todas las escuelas de Barcelona. Ahora bien, para la promoción de la F1 hay un millón. Prioridades del Ayuntamiento de Barcelona: humo y ruido, y no salud de los niños”.
Plataformas recién creadas
Incluso la FAVB emitió un comunicado rechazando la demostración de F1. “Una ciudad que padece unos índices de contaminación atmosférica y acústica elevados, y en la que ya se notan de forma angustiosa los impactos del cambio climático no ha de promocionar una actividad que promueve uno de los grandes causantes de estas problemáticas: el coche”, dijo la organización vecinal. Aunque reconocen que la demostración de fórmulas 1 es “marginal”, sostienen que “la quema de combustible y el ruido asociado es un escarnio a los esfuerzos de sus barrios por resolver una situación grave”. Pero, mientras, apelan al argumentario de los comunes para justificar todos sus rechazos: el hecho de que “algunas élites y lobbies consiguen imponer sus criterios y sus manías a las necesidades de la ciudad. Son los que llevan años conspirando contra las medidas de reducción y pacificación del tráfico de vehículos privados”.
Los planteamientos radicales de la FAVB y de Eixample Respira contra el consistorio son seguidos por otras plataformas amigas, como Revolta Escolar, una red comunitaria (es decir, que reúne a multitud de entidades de todo el Estado, pero preferentemente de Barcelona ciudad) que fue bendecida desde el consistorio de Ada Colau y que incluso llegó a adoptar algunas de las ideas clave de los comunes. Revolta Escolar se ha convertido también en un puntal contra la demostración de bólidos del mes de junio. Es de destacar, por ejemplo, que todas estas beligerantes organizaciones fueron creadas desde el año 2019 en adelante, como fuerza de choque civil para fortalecer una red cívica afín a los postulados de Ada Colau al frente del Ayuntamiento. Una vez desalojada, su única misión es disparar contra el nuevo alcalde.