Un crucero atracado en el Port de Barcelona en el mes de julio

Un crucero atracado en el Port de Barcelona en el mes de julio EFE/Enric Fontcuberta

Información municipal

Collboni lucha contra los cruceros de escala para alimentar sus proyectos en Barcelona

El alcalde logra, tras su primer encuentro institucional, que el presidente Salvador Illa se comprometa a eliminar el límite impuesto en la tasa turística, que ahora es de cuatro euros

4 septiembre, 2024 18:27

Jaume Collboni persiste en su voluntad de combatir la masificación turística en Barcelona. Y lo hace centrándose en los cruceros de escala, un sector que deja un bajo impacto económico en la ciudad. En 2023, el Port registró más de tres millones de cruceristas, de los cuales 1,6 fueron pasajeros en tránsito (que pasan menos de 12 horas). Con unas perspectivas de crecimiento "inasumibles", el alcalde ha aprovechado el primer encuentro institucional con el president Salvador Illa para incidir en la necesidad de aumentar la tasa turística para este tipo de cruceros.

La posición del gobierno municipal no pilla a nadie por sorpresa. Hace unos meses aprobó inicialmente subir el impuesto turístico hasta los cuatro euros, el máximo legal permitido. Sin embargo, para Collboni no es suficiente. El alcalde considera esencial destopar el límite impuesto en el recargo municipal y que sea superior a los cuatro euros por persona y noche, una decisión que está en manos del Govern, ahora presidido por el PSC.

Compromiso de Salvador Illa

La gestión del turismo en Barcelona siempre ha estado en el centro del debate político y social. Según el alcalde, los cruceristas de escala hacen un uso intensivo del espacio público, lo que genera una sensación de saturación y malestar entre los barceloneses. En la reunión de este miércoles en el Palau de la Generalitat, Collboni ha compartido esta preocupación con Illa, que se ha comprometido a incluir en los próximos presupuestos catalanes una fórmula que permita deslimitar el tope actual de cuatro euros del recargo municipal, según ha anunciado el conseller de Presidència, Albert Dalmau. 

Aunque no se ha concretado ninguna cifra, Collboni ha asegurado que el aumento debe ser "substancial" para dotar al Ayuntamiento de más recursos que permitan desarrollar políticas públicas en la ciudad. Ejemplo de ello es el Pla Escola, en el que se actualizarán los sistemas de climatización de 170 escuelas públicas con un presupuesto de 100 millones de euros financiados directamente de la recaudación de la tasa turística.

Jaume Collboni en el Palau de la Generalitat este miércoles

Jaume Collboni en el Palau de la Generalitat este miércoles SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Precisamente, la previsión de recaudación de la fiscalidad turística para este año asciende a 95 millones de euros, de los cuales 75 proceden del recargo municipal. Por ahora, la subida de la tasa no se ha hecho efectiva. No obstante, con su entrada, el Ayuntamiento prevé que la recaudación del recargo se incremente en más de 20 millones de euros.

Aprobación en el Parlament

Además de la tasa turística, Illa también ha aceptado abrir un debate con el resto de grupos parlamentarios sobre la fiscalidad turística en Catalunya. 

Así las cosas, si bien la voluntad de ambas administraciones de reducir el turismo masivo es manifiesta, los acuerdos se abordarán en el marco de la negociación para los presupuestos de 2025, y esto pasa por contar con el apoyo suficiente del resto de los partidos de la oposición.

Una decisión que podría contar con el apoyo de los comunes y de ERC. Independientemente de ser los dos partidos que facilitaron la investidura de Illa, la lucha contra el turismo masivo y la limitación de los cruceros son algunos de sus caballos de batalla. Por un lado, el pacto de investidura entre PSC y comunes tiene en cuenta una "reducción" de estos buques. Por otro lado, la subida de la tasa turística en Barcelona fue una propuesta presentada por el grupo municipal de ERC. 

De momento, el alcalde sólo se ha planteado aumentar la tasa sobre los cruceros de escala y no la tasa sobre otros visitantes, como los de los hoteles, porque son los que tienen una "afectación mayor". Aunque por ahora todas estas decisiones sólo son voluntad política, se trata de un gran paso en materia de gestión turística, algo de lo que Barcelona es un claro ejemplo. Es la única ciudad que aplica un impuesto municipal para las diferentes tipologías de turistas.

Negociación con el Port sobre terminales

Subir el impuesto no es el único plan que tiene Collboni para los cruceristas. El alcalde anunció hace unos meses que estaba negociando con el Port de Barcelona una posible reducción del número de terminales de cruceros. No obstante, en el encuentro de este miércoles no ha querido dar más detalles: "Hay otros actores, como puertos del Estado. En cualquier caso queremos acotar mucho las escalas, que son las visitas que crean más tensiones".