Tejer alianzas internacionales y replantear la estrategia de los comunes para asaltar la alcaldía. Este es el plan que se ha autoimpuesto la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quien este sábado ha asumido ante su militancia el rol de embajadora tras anunciar, hace escasos días, su marcha del Ayuntamiento.

Con la celebración del décimo aniversario de BComú como excusa para dar a conocer sus intenciones, la todavía edil de la formación ha defendido su obra de gobierno en los pasados mandatos, y ha dejado entrever la posibilidad de volver a encabezar el partido de cara a los próximos comicios. En palabras de Colau, los comunes están en condiciones de "volver a ganar las elecciones" en la capital catalana en 2027.

"Enlace" internacional

Ya en su papel como embajadora en la Fundació Sentit Comú, pilotada por su formación, Colau se ha ofrecido a "hacer de enlace entre los comunes y cualquier realidad" política que pueda hacer frente a nivel internacional a la extrema derecha y "a la doctrina del shock global".

La edil de BComú ha añadido que el contexto actual es de un "sistema económico depredador que ha entrado en barrera y que piensa morir matando", ante lo que ha defendido la construcción de "frentes populares".

Entre los méritos que se ha otorgado a sí misma y a su formación, está la materialización de un "cambio de agenda", en el que ha destacado ámbitos como el feminismo, el cambio climático y las políticas de vivienda.

"Crisis de las izquierdas"

Las palabras de Colau han llegado escasos días más tarde de asegurar que su salida del Ayuntamiento no implicaría dejar la política, y de resaltar la necesidad de reflexionar y hablar con gente que piensa distinto en un contexto de "crisis de las izquierdas" en todo el mundo.