La exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, está dispuesta a mantenerse en el candelero informativo. No sobresale por su labor al frente del grupo municipal de los comunes, donde en el año y medio que lleva como concejala apenas se ha dejado notar, pero en su periplo profesional no faltan las oportunidades para acaparar espacios informativos en los medios. Este septiembre, tras comunicar que pensaba tirar la toalla y dejar el puesto de concejala para dedicarse más al partido y colaborar en tareas internacionales, desapareció de la escena municipal. El salario municipal, no obstante, sigue fluyendo hacia su cuenta corriente. Y decidió hacer novillos en Barcelona para pasar unos días en México.
La realidad es que Colau se escapó al país porque ha encontrado una afinidad ideológica con la nueva cúpula política y lo ha convertido en su faro vital. “La propuesta humanista que ahora mismo está desarrollando México es exactamente lo que necesitamos para enfrentarnos a la extrema derecha y a las grandes corporaciones que tienen tomado el poder en Europa y en gran parte del mundo. Nosotros no podemos entrar en política solo para resistir. Hay que entrar en política para ensanchar los horizontes, para construir nuevos horizontes de transformación, para conquistar nuevos derechos y libertades y más posibilidades de que la inmensa mayoría de la población pueda ser feliz realizando su proyecto de vida personal y colectivo”, dijo ante un público entregado.
Una reflexión muy osada
Dejar esta reflexión en un país donde la corrupción campa a sus anchas, en que cada día mueren asesinadas o desaparecen 10 mujeres, en el que la delincuencia se ha disparado hasta límites insospechados, en el que los cárteles del narcotráfico se sienten libres y en el que ni siquiera el Ejército controla determinadas zonas es, como mínimo, atrevido.
Pero, además, el gobierno que hasta ahora presidía Andrés Manuel López Obrador (del mismo partido que Sheinbaum) ha dejado un reguero de escándalos: desde los negocios de los hijos del ya expresidente hasta el derrumbe de la escuela Rébsamen en la capital mexicana en 2021 (donde era alcaldesa Claudia Sheinbaum, que dejó 19 niños muertos y 7 adultos), pasando por el desplome de una línea del Metro que dejó 27 muertos y 80 heridos, pasando por la destrucción de cenotes para construir el Tren Maya (se destruyeron el 15% de los 122 cenotes que tiene el país en el tramo sur del tren, en un crimen ecológico sin precedentes), en una sospechosa actuación que ha sido denunciada internacionalmente por diversas asociaciones ecologistas.
Vínculo entre Sheinbaum y Colau
Pero Colau sólo ha querido ver lo que le interesa. De hecho, la nueva presidenta, Claudia Sheinbaum, es amiga suya. Se conocen desde 2018, cuando la mexicana, estaba a punto de tomar posesión como alcaldesa de la capital azteca, visitó Barcelona. En su país natal, Sheinbaum soltó que el viaje correspondía a una invitación de Colau, pero nunca se aclaró el hecho de si el viaje y la estancia habían sido sufragados con fondos municipales barceloneses o con fondos aportados por la lideresa mexicana.
Premiada por quien la fichó
El pasado mes de abril, en plena campaña electoral de las presidenciales y de las municipales, Colau volvió a México para hacer campaña a favor de Sheinbaum y de Clara Brugada, que se presentó a alcaldesa de la capital. Colau fue a México acompañada por su gran amigo Gerardo Pisarello, pero antes pasó por Puerto Rico, donde se vio con activistas afines. En México, le guardaron un sitio para que formase parte del comité asesor de Brugada.
El vieja a México este septiembre tenía como objetivo dos cosas: recoger el premio de Huésped Distinguida de la Ciudad de México, y asistir a la toma de posesión como presidenta de Claudia Sheinbaum, o Shein, como la llama Colau. En el periplo, dejó perlas inolvidables, sobre posicionamientos políticos: la exalcaldesa barcelonesa tiene a México como el modelo a seguir en gobernabilidad y política social.
Para empezar, Colau recibió el premio de manos de su aún alcalde Martí Batres, que pronto dejará la vara de alcalde a Clara Brugada. De hecho, son del mismo partido, pero no era cuestión de que Brugada concediese el premio a una integrante de su propio comité asesor. En otras palabras, fue premiada por el partido MORENA, que controló la alcaldía en la anterior legislatura y que la volverá a controlar hasta el 2030. Curiosamente, las leyes mexicanas prohíben a los extranjeros participar en política. Pero a los amigos de los mandatarios parece no afectarles la norma. Ya lo dijo Colau cuando llegó a alcaldesa de Barcelona: “Desobedeceremos las leyes que nos parezcan injustas”.
"Aprendí mucho de esta ciudad"
Pero el viaje ha sido productivo para la lideresa de los comunes. En Ciudad de México se despachó de lo lindo contra sus enemigos ancestrales y sacó sus fobias a relucir en el discurso que pronunció cuando fue agasajada con el título. El galardón fue otorgado el 23 de septiembre, pero Colau se tomó la licencia de hacer novillos de sus responsabilidades municipales en Barcelona y ya se quedó en tierras aztecas, habida cuenta de que Shein tomaba posesión a primeros de octubre. A primera vista, pues, la toma de posesión de Sheinbaum fue más bien una boda gitana para Colau.
En su alocución, recordó que en la capital mexicana tiene “muchas complicidades” y que visitó por primera vez la urbe como activista social. “De hecho, yo aprendí mucho de los movimientos populares urbanos de esta ciudad, de las luchas sociales en las calles y en los barrios y les tengo que decir que me impresionan muchas cosas de esta ciudad maravillosa”.
Discordia y conflicto
Pero no olvidó a sus particulares monstruos y ante los invitados al acto, Colau se vino arriba: “Hay que eliminar la arrogancia que desgraciadamente nos ha caracterizado durante siglos de colonialismo. Les pido disculpas como europea y como española. Creo que ha habido demasiada arrogancia y la arrogancia tiene un problema: uno, que es maleducada, digamos, ¿no?... y no es bienvenida. Pero, aparte de ser un problema de mala educación y de trato desigual injustificado, además es una estupidez, porque cuando alguien es arrogante se pierde la oportunidad de aprender. Y aquí, en México, hay muchísimo de lo que aprender. Muchísimo. Yo, por ejemplo, lo he hecho como activista social y también como alcaldesa”.
Tras el escándalo del veto a la presencia de Felipe VI en la toma de posesión de Shein, Colau había apostado por que el Rey de España contestase a la carta que le envió el anterior presidente mexicano para ofrecer una disculpa por la colonización de América. En su discurso en la capital de México, llamó sibilinamente estúpido al Rey y, de rebote, al Gobierno español, puesto que el responsable o no de la contestación es el Gobierno de Pedro Sánchez. En resumen, la exacaldesa ha ido a echar la leña al fuego de la discordia y del conflicto. Suerte que su amiga, la nueva presidenta excluyente, tiene a sus dos hijos con doble nacionalidad (mexicana… y española, por supuesto), su pareja realizó prácticamente toda su carrera profesional en España y su hija reside… en Madrid.