Erradicar el amianto de propiedades municipales. Ese es el objetivo que se ha marcado el Ayuntamiento de Barcelona, a realizar, en el menor tiempo posible. El reto es difícil, porque a día de hoy no existe un censo completo de construcciones en las que se encuentre este material, pero también es una obligación en cuestión de salud pública.
En 2021, el Departament d'Avaluació i Gestió Ambiental (DAGA) elaboró un primer inventario de edificios con posible presencia de amianto en las cubiertas. Ese mismo año, el consistorio impulsó una prueba piloto para identificar y evaluar materiales con posible contenido de amianto en seis edificios municipales.
El Ayuntamiento ampliará, ahora, esta búsqueda. Para ello, analizará una treintena de inmuebles municipales susceptibles de contener fibrocemento con la finalidad de evaluar el riesgo y presupuestar su retirada.
Identificación y evaluación
El consistorio ha adjudicado dos contratos para la identificación y evaluación de este material en construcciones cuya propiedad ostente la administración barcelonesa. Las compañías Prodam y ACM-2020 realizarán este encargo, para el que recibirán partidas de 60.136 y 47.287 euros respectivamente.
Mediante este contrato, las citadas empresas deberán realizar un informe para cada edificio. En los escritos, se reflejará la identificación, evaluación y el seguimiento de materiales con amianto que puedan contener los inmuebles municipales.
La adjudicación se limita a la elaboración de estos documentos para conocer o descartar la presencia de fibrocemento en las construcciones. Ello supone que los análisis de laboratorio para confirmar la presencia de amianto quedan excluidos del ámbito del proyecto.
Contenido
Al detalle, los profesionales deberán recopilar la información previa e inspección visual del edificio, los resultados del análisis de laboratorio y realizar una evaluación del riesgo y priorización de actuación.
Los escritos deben contener una propuesta de plan de seguimiento que presupueste la retirada de material con amianto. También incluirán el asesoramiento en los proyectos ejecutivos de retirada de estos elementos que se deriven de las inspecciones.
Para elaborar los informes, se realizarán un mínimo de dos visitas a cada edificio. En la primera, se llevará a cabo una inspección visual. La segunda se destinará a la toma de muestras.
Edificios
El Ayuntamiento ha incluido el análisis de una treintena de edificios en estos contratos. El edificio de la cooperativa Segle XX, la Biblioteca Francesca Bonnemaison, la Casa Misericordia, las comisarías de la Guardia Urbana en el Eixample y en Sarrià, la Sala Conjunta de Mando para servicios de emergencia de la calle de Lleida, el complejo deportivo Fort Pienc y el Teatre dels Sentits, son algunas de estas construcciones.
La antigua discoteca Agapito, un almacén en la calle de Violant d'Hongria, dos edificios de Can Batlló, la Casa Sagnier, el anexo del Centro Cívico Guinardó, un espacio utilizado por el CF Canyelles, la masía Can Soler, el banco de alimentos de Cáritas en Sant Andreu, un almacén en la calle de la Baliarda y el edificio Gran de la Sagrera, también se incluyen en este proyecto.
El listado lo cierran el local de Diables de Sant Andreu, el edificio Josep Pallach, las petancas del parque del Clot, de la calle de Menorca y de la calle de Marià Aguiló, un local de entidades en el pasaje de Pere Ripoll y la Escocesa. Otros tres edificios están, aún, por determinar.
Cancerígeno de primer nivel
El amianto se ha consolidado como un cancerígeno de primer nivel y elevada peligrosidad. Como explicó el doctor Josep Tarrés, neumólogo, doctor en Medicina y especialista en la patología derivada de este material, el principal problema de salud a día de hoy con el fibrocemento es la posibilidad de desarrollar un "mesotelioma pleural".
El médico de Cerdanyola del Vallès aseguró que el asbesto es responsable de un "10-15% de cánceres de pulmón", sin olvidar que la exposición a este material también puede derivar en otros tipos de cáncer, como los de "laringe y esófago", a modo de ejemplo.