Ofensiva del Ayuntamiento de Barcelona para ayudar a las personas sin techo: partida de 8,8 millones
Progess se adjudica la gestión del SASSEP, el organismo municipal encargado de personas que duermen en la calle, asentamientos o infraviviendas
Este pasado martes 26 de noviembre, el Ayuntamiento adjudicó a la compañía Progess Projectes i Gestió de Serveis Social un contrato millonario de casi 8,8 millones de euros para que pilote el servicio social de atención a los sin techo que pernoctan en las calles de Barcelona. El contrato es, en principio, para el año 2025 (entrará en vigor el 1 de enero próximo) por un monto total de prácticamente 4,4 millones de euros, aunque prevé una prórroga de otro año por un importe similar, lo que dispara el gasto social en esta materia a 8,8 millones en el próximo bienio.
En Barcelona existen actualmente unas 4.500 personas que no tienen un techo bajo el que cobijarse, aunque de ellas sólo 1.384 viven en la calle de forma permanente, según el último censo elaborado en diciembre pasado por la Fundación Arrels. El distrito que más sin techo acoge es Ciutat Vella (339), seguida del Eixample (302), Sants-Montjuïc (209) y Sant Martí (198).
El último informe sobre las personas sin hogar revela que además de las 1.384 que directamente duermen en la calle, otras 2.860 personas utilizan los recursos públicos y privados de la ciudad para pasar la noche y 260 personas más sobreviven en asentamientos informales de Barcelona, es decir, “en solares y fábricas en desuso y locales con dinámica de asentamiento”.
Pocas esperanzas
La Fundación Arrels tiene editada una guía que lleva por título ‘(Sobre)vivir en la calle’ en la que da consejos sobre qué hacer para conseguir ayuda de los servicios municipales e informa de los servicios públicos a los que acudir dependiendo de las circunstancias personales de cada persona que quiere ayuda (por ejemplo, si es para pasar la noche ante las oleadas de frío, si la persona es mujer o si es extranjera).
El lado más negativo es que casi el 70% de las personas que viven en la calle “no tiene esperanza de vivir próximamente en un alojamiento y cuatro de cada diez no tienen a nadie con quien contar”.
El contrato adjudicado a Progess es para la gestión del Servicio de Atención Social al Sinhogarismo en el Espacio Público (SASSEP), dependiente del IMMS, que debe controlar los centros destinados a albergar a personas en situación de precariedad o sin hogar además de controlar los asentamientos y las infraviviendas que pueda haber en la ciudad.
En concreto, el contrato obliga a “identificar la totalidad de los asentamientos y otras infraviviendas con impacto en el espacio público de la ciudad y sus flujos y tendencias”.
Las cláusulas del contrato recogen también que “como problemática compleja y en evolución, la intervención social se ha de producir en todos los ámbitos, desde el conocimiento del fenómeno y la prevención de las situaciones de vulnerabilidad hasta la vinculación con las personas para el tratamiento integral de las dinámicas de exclusión que les afectan”.
Atención en las estaciones de tren
Reconocen, no obstante, que “la intervención social requiere la implicación en líneas de trabajo conjunto efectivas de las diversas administraciones públicas competentes y la coordinación y cooperación con las entidades especializadas de la sociedad civil, sobre la base de una estrategia común de ciudad y con perspectiva metropolitana para hacer frente a las necesidades de las personas afectadas por la exclusión residencial”.
Las informaciones que llegan al servicio tienen muy diversas procedencias: pueden ser facilitadas por los propios distritos municipales, pero también por las redes internas del Ayuntamiento, por entidades cívicas, por la Guardia Urbana o por la propia ciudadanía.
Una de las misiones de la empresa es “identificar los flujos, las concentraciones, los usos y las tendencias de las personas sin hogar en el espacio público y los espacios que, por su complejidad e impacto, se han de considerar zonas de especial interés.
Se entiende por tales los espacios, calles, plazas, zonas ajardinadas, forestales o playas y otras vías urbanas donde han espacios diferenciados o a veces separados de la vía pública y a menudo puntos de confluencia de personas (nexos de transporte urbano interurbano, nacional e internacional, vías y áreas comerciales, áreas cercanas a equipamientos y recursos comunitarios…)”.
Aunque la atención a los sin hogar tiene una larguísima tradición en Barcelona (las distintas medidas de ayuda comenzaron a aplicarse en los años 80 del pasado siglo), en esta ocasión se incluirá en el plan de gestión la intervención social los intercambiadores de las estaciones de Sant y del Nord, que “por sus características funcionales dan pie a algunas personas a iniciar una fase de sinhogarismo que en muchos casos se cronifica”.
Las mujeres, más indefensas
También se presta una atención especial al sinhogarismo femenino. “Pese a que el sinhogarismo es mayoritariamente masculino, es imprescindible incluir la perspectiva de género en el abordaje del fenómeno y tener en cuenta las características específicas del sinhogarismo femenino, en el que es habitual que se agraven el padecimiento psicológico, las condiciones de salud y el riesgo para la propia seguridad y, a la vez, se produzca una mayor invisibilidad del fenómeno”.
Tras la identificación de los lugares y el perfil de los sin techo, la empresa debe prestar la atención social necesaria para intentar realizar en lo posible procesos de inclusión social de las personas vulnerables.
Entre los objetivos específicos se incluyen conseguir “un vínculo de confianza con las personas que favorezca la atención social de las demandas y las necesidades básicas detectadas”, así como valorar el grado de vulnerabilidad y realizar una diagnosis social de las personas y de las unidades de convivencia detectadas para aplicar itinerarios de inclusión social.
El personal especializado de la empresa (que en su práctica totalidad se compone de técnicos superiores graduados) debe también realizar apoyo y acompañamiento de las personas en estos planes o la derivación a otros servicios.
En resumen, su trabajo consiste en una primera fase de prospección y detección; una segunda fase de contacto y vínculo; y una tercera fase de seguimiento. Paralelamente, ha de controlar que el SASSEP sea un Observatorio del Sinhogarismo de la ciudad de Barcelona.