Una fotografía de la tercera edad en una imagen de archivo

Una fotografía de la tercera edad en una imagen de archivo Canva

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La soledad no deseada crece en Barcelona: así es el plan millonario para ayudar a los mayores

El Ayuntamiento destina 2,5 millones al proyecto Radars para que los vecinos, entidades o comercios detecten a los ancianos que puedan necesitar ayuda

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Barcelona está en “un proceso demográfico de sobreenvejecimiento y longevidad, aumentando la esperanza de vida, donde prácticamente cuatro de cada 10 personas mayores viven en domicilios unipersonales”.

A ello se le suma que una quinta parte de la población tiene más de 65 años y que el 40% de las personas de más de 85 años viven solas. Son datos del Ayuntamiento de la capital catalana.

 A raíz de esa circunstancia, el consistorio barcelonés intenta garantizar una calidad de vida a las personas mayores, cada vez más numerosas y a la vez más solas.

¿Cuáles son las consecuencias de esta situación? “La soledad no deseada puede tener un efecto devastador en la salud, el bienestar y la calidad de vida de las personas mayores. Puede causar desorden del sueño, fatiga, enfermedades coronarias, problemas nutricionales, etc”.

Un proyecto propio

En Barcelona, el operativo para detectar problemas de personas mayores con su entorno se denomina Proyecto Radars, que trata de brindar la oportunidad, a las personas que sufren soledad no deseada, de vincularse a su comunidad o entorno más cercano.

Foto de un trabajador social cuidando de una mujer en la tercera edad / ACCENT SOCIAL.CAT

Foto de un trabajador social cuidando de una mujer en la tercera edad / ACCENT SOCIAL.CAT

Su nombre proviene de la intención de que cada vecino, entidad o comercio sea un radar que detecta si un anciano tiene problemas de soledad.

El contrato de gestión de los proyectos Radars de Barcelona fue adjudicado este 26 de agosto a la entidad Progess, Projectes i Gestió de Serveis Socials para los próximos cuatro años.

El monto del mismo será de casi 2,5 millones de euros, la mitad de los cuales ya han sido firmados (los correspondientes a los dos primeros años). Las cláusulas del contrato prevén una prórroga de dos años más.

Un servicio preventivo

El proyecto Radars, según se especifica en las bases del contrato, se dirige a las personas mayores de 65 años y tiene como objetivo “combatir la soledad no deseada, prevenir situaciones de riesgo y fomentar comunidades más sensibles y respetuosas”. Es, pues, un servicio preventivo de ayuda a los ancianos.

Desde que fuera puesto en práctica en el año 2008, el proyecto Radars se ha ido ampliando a barrios de la ciudad para combatir la soledad, aunque aún no cubre todo el territorio: sólo llega a 59 de los 73 barrios y a 33 de los 39 centros sociales, aunque hay ya 10 municipios aledaños sumados a este proyecto.

Gestión desde los centros sociales

Cada proyecto Radars es gestionado por el centro de servicios sociales del territorio correspondiente, lo que facilita el control de los barrios.

De esta manera, es relativamente fácil coordinar toda la actuación municipal, por lo que Progess debe centrar su labor desde los propios centros de servicios sociales que dependen del Institut Municipal de Serveis Socials (IMSS). En Barcelona existen 60 ‘radars’ territoriales y centros sociales asociados.

Una trabajadora de servicios sociales ayuda a una persona mayor en su casa

Una trabajadora de servicios sociales ayuda a una persona mayor en su casa CAnva

Sus objetivos principales, según se especifica en las bases del contrato, son detectar y prevenir situaciones de riesgo en personas mayores de 65 años; evitar consecuencias sociales y sanitarias de las situaciones de soledad no deseada en estas personas; conectar a los mayores con su entorno más inmediato; sensibilizar y concienciar a la población sobre la situación de nuestros mayores; y crear nuevas redes de barrio que fomenten entornos más seguros, amables y accesibles para los ancianos.

Un trabajo en equipo

Su ejecución parte del trabajo conjunto con los vecinos, comercios, farmacias, voluntarios, entidades y equipamientos “con el objetivo de transformar los barrios en comunidades humanas, seguras, participativas y solidarias”.

¿Por qué incluir a comerciantes y farmacias? Según el Ayuntamiento, porque son lo que detectan con mayor facilidad si ocurre algo. “Están atentos a la dinámica de las personas y, si detectan algún cambio significativo, se ponen en contacto con Radars”. Lo mismo ocurre con los centros de salud de los barrios.

La ‘cadena de mando’

Una vez detectada una anomalía, son los servicios sociales los que deciden qué hacer. Según el Ayuntamiento, para paliar el sentimiento de soledad, las personas mayores bajo su vigilancia reciben periódicas llamadas telefónicas de voluntarios que colaboran con la plataforma de apoyo.

De esa manera, se intenta establecer una “relación de confianza, que será un primer paso para promover su vinculación al territorio”.

Paralelamente, los casales, centros cívicos, entidades vecinales y sociales u otras organizaciones de voluntarios promueven nuevas iniciativas comunitarias para que las personas que se sienten solas se incluyan en su entorno más cercano y en la sociedad.

Para realizar la labor de apoyo, se debe de contar con profesionales con perfiles y formaciones muy específicos en diferentes disciplinas, “que han de permitir, por un lado, ejecutar los servicios y sus líneas de actuación desde una perspectiva transversal, y desde otro, garantizar un resultado final satisfactorio”.