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Cerrar el año con unos presupuestos diseñados para agotar el mandato. Este será, salvo sorpresa, el logro que firmará Jaume Collboni en cuestión de un mes, antes de finalizar el año.

Tras el 'no' de los comunes a las cuentas que impidió su aprobación en el pleno ordinario de noviembre, este miércoles se celebrará en Barcelona una sesión extraordinaria en la que el alcalde se someterá a una cuestión de confianza, que previsiblemente perderá por la falta de apoyos en el Consejo Municipal.

Esta eventual derrota abrirá un periodo de 30 días en el que la oposición podrá presentar un candidato alternativo a la alcaldía. La elevada fragmentación política del consistorio descartaría esta posibilidad, por lo que los presupuestos de la ciudad quedarían automáticamente aprobados antes de finalizar el año.

La cuestión de confianza, clave

La cuestión de confianza ha resultado clave para sacar adelante las cuentas a lo largo del presente mandato. Los equilibrios que Collboni ha realizado al contar con tan solo diez ediles, le han llevado a hacer uso de este procedimiento en dos ocasiones.

El artículo 197 bis de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General prevé los supuestos en los que el alcalde puede plantear al pleno una cuestión de confianza.

El citado escrito detalla que esta posibilidad está vinculada a la aprobación o modificación de las cuentas, el reglamento orgánico, las ordenanzas fiscales o al fin de la tramitación de los instrumentos de planeamiento general municipales.

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, durante un pleno municipal EUROPA PRESS

En 2024, Collboni ya hizo uso de este método para sacar los presupuestos adelante ante la falta de una mayoría que permitiera su aprobación en sesión plenaria.

Este presupuesto, que alcanzó los 3.807 millones de euros después de incrementarse en un 5,9% respecto a 2023, fue prorrogado en 2025 ante la falta de acuerdo con BComú pese al alarde de paciencia que exhibió el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, con dicha formación.

Los comunes se oponen de nuevo

Para 2026, el gobierno municipal presentó las cuentas más expansivas de la historia, alcanzando los 4.180 millones de euros. Tras aprobar las ordenanzas fiscales con los votos de ERC y BComú gracias a las concesiones realizadas a estos grupos, los comunes optaron de nuevo por tumbar las cuentas.

Ante la falta de agrumentos para justificar su rechazo a una propuesta de izquierdas, escenificada con el acuerdo entre socialistas y republicanos, los comunes pidieron más “tiempo” al Ejecutivo de Collboni para negociar los presupuestos.

Gemma Tarafa y Janet Sanz, ediles de BComú SIMÓN SÁNCHEZ

Esta vez, Valls esquivó el capricho de los de Janet Sanz y recordó a la formación que la ciudad “no puede esperar” más tiempo. Especialmente, si este tiempo no se traduce en una predisposición negociadora.

Este escenario ha derivado en la segunda cuestión de confianza del mandato que, salvo sorpresa, se traducirá en una nueva aprobación de las cuentas sin necesitar el beneplácito mayoritario del Consejo Municipal.

Presupuestos para agotar el mandato

El rechazo constante en el que están instalados los comunes, sumado a la llegada del año electoral, hacen prácticamente inviable la aprobación de unas nuevas cuentas para 2027.

Por ello, el gobierno municipal ha asegurado unos presupuestos suficientemente elevados para agotar el mandato con comodidad.

Pese a los amagos sucedidos para la articulación de un Ejecutivo de coalición, Collboni pondrá fin a cuatro años en los que ha gobernado la ciudad con una decena de concejales. Un equilibrio dificil, pero sostenido, que ha permitido gestionar la ciudad sin el lastre de BComú.

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