El último consell de barri de Les Corts empezó abordando la movilidad y acabó con los problemas en la reciente consulta venezolana. Al encuentro, destinado a vecinos de Pedralbes, acudió Elizabeth Casañas, quien aprovechó la presencia del regidor de distrito, Agustí Colom, para increparle de forma airada. El motivo fueron las supuestas trabas que, a su juicio, puso el consistorio en la celebración de la consulta venezolana contra el presidente venezolano Nicolás Maduro.

El pasado domingo, 14.449 venezolanos residentes en la capital catalana acudieron a las urnas convocados por SOSVenezuelaBcn. El punto de encuentro iba a ser el centro cívico Pere Quart de Les Corts, pero el Ayuntamiento y la Guardia Urbana consideraron que la organización no contaba con la autorización necesaria para realizar un acto político en este espacio de titularidad pública.

IMPEDIDO POR PRUDENCIA Y RESPONSABILIDAD

Fue Colom quien alegó que había “riesgo” de concentrar a tantas personas en el centro cívico y que “por prudencia y responsabilidad” se optó por pedir a la plataforma que trasladara la consulta a la calle. Una decisión que encendió las críticas de los votantes que Casañas se encargó de trasladar al propio Colom el pasado miércoles.

“Fue un error garrafal. Lo que usted hizo estuvo muy mal”, reprochó Casañas al regidor mientras el resto de presentes abandonaba la sala. Una vez fuera, Casañas explicó a este diario que el consistorio conocía sus planes y que era obvio que las 15.000 personas no se iban a concentrar en el interior del centro cívico sino que iban a ir circulando por el mismo a lo largo del día. “Había 15 mesas de votación que cabían perfectamente con 31 miembros de mesa, todo en una sala para 150 personas”, puntualizaba.

Venezolanos participando en la consulta

“NO HUBO VOLUNTAD POLÍTICA”

“Él arbitrariamente la obstaculizó”, subrayaba Casañas quien explica que se enteró del cambio de ubicación poco antes de la consulta. “Fue a las 7:30 horas cuando nos dieron el madrugonazo”. Tras conocer el impedimento de votar dentro del centro cívico, montaron unas mesas en la calle que no se desmontaron hasta las 22:00 horas, cuando finalizó el escrutinio. “Se tendrían que haber comunicado con nosotros, pero no hubo voluntad política”, añadía la votante.

Por su parte, Colom reiteró que por seguridad que consensuó la medida con la guardia Urbana y que en ningún momento quiso bloquear la consulta de forma deliberada. Además, sostuvo que carecían de licencia para poder organizar un acto multitudinario.

 

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