El proyecto urbanístico de ampliación del Camp Nou (más conocido como Espai Barça) ya ha superado su primer escollo. El pleno municipal del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado con el apoyo de todos los grupos políticos menos la CUP la modificación del Plan General Metropolitano (PGM) que permitirá la renovación del estadio, así como la construcción de un nuevo Palau Blaugrana en los terrenos que actualmente ocupa el Mini Estadi, entre otras intervenciones. El plan todavía tendrá que ser recibir la aprobación definitiva por parte de la Generalitat de Catalunya .



El proyecto de ampliación del club blaugrana en el distrito de Les Corts concluye así un largo periplo que comenzó en el año 1999 de la mano del expresidente Josep Lluís Núñez y su denostada propuesta del 'Barça 2000' que fue desestimada como consecuencia del fuerte rechazo vecinal que provocó. Después, fue el presidente Joan Laporta el que intentó liderar un proyecto de reforma del Camp Nou que llevaba la firma del prestigioso arquitecto Norman Foster y que también acabó archivado hace ocho años. En estas casi dos décadas el club azulgrana, que ahora preside Josep Maria Bartomeu, incluso llegó a plantearse construir un nuevo estadio en el entorno metropolitano pero fuera de los límites territoriales de la ciudad de Barcelona

Por este motivo, la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz (Barcelona en Comú) ha destacado durante el debate sobre la recalificación de los terrenos del club, que con esta modificación del PGM "el Barça se queda en Barcelona". Además, no solo el club saldrá ganando con el Espai Barça -podrá construir un hotel, oficinas y establecimientos comerciales de los que ahora no dispone y que permitirán sufragar económicamente la operación- sino que también los barceloneses se van a beneficiar de los cambios porque el recinto -ahora cercado por vallas- "se abrirá a la ciudad", ha subrayado Sanz. El acuerdo por el Espai Barça fue escenificado hace un par de semanas, justo después de que Colau viera cómo le tumbaban la multiconsulta y el tranvía de la Diagonal.

LOS VECINOS PREPARADOS PARA RECURRIR

La teniente de alcalde también ha incidido en que con el Espai Barça, la ciudad ganará suelo público, zonas verdes y equipamientos deportivos de uso municipal. Este argumento no es compartido por una parte de los vecinos de Les Corts -bajo el amparo de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB)- que consideran que la recalificación de los terrenos del Barça es una trampa ilegal y ya han anunciado que lo recurrirán judicialmente en el caso de que la Generalitat también le de el visto bueno definitivo.

No obstante, y a pesar de que la coordinadora vecinal de Les Corts ha hecho pública su oposición frontal al Espai Barça, Janet Sanz ha insistido en que la recalificación cuenta con “la complicidad de todas las partes”. Esta afirmación tampoco ha sido del agrado de la presidenta del grupo municipal de la CUP, María José Lecha, que se ha apresurado en matizar que el consenso con el proyecto no es absoluto, pues sólo una de las cinco asociaciones de vecinos de los barrios del entorno del Camp Nou ve con buenos ojos esta reforma urbanística. Lecha considera que al aprobar el Espai Barça no se ha tenido en cuenta el impacto que supone para Les Corts el flujo de 100.000 personas los días de partido.

Pese a avalar la modificación del PGM que permitirá que fructifique el proyecto del Espai Barça, la oposición ha recriminado a su manera al gobierno de Colau su falta “de humildad” por intentar vender el acuerdo con el Barça como propio, cuando es fruto del trabajo de varios equipos de gobierno y también de las entidades vecinales, que siguen manteniendo firmes muchas de sus reivindicaciones.

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