Los puntos negros para las bicis, un reflejo del desconocimiento

Actualmente la ciudad de Barcelona tiene 43 enclaves considerados como puntos negros para sus ciclistas. La última vez que se contabilizaron estas zonas especialmente peligrosas fue en 2015 y la cifra sumaba cinco más que durante el año anterior.

Los datos provienen de un estudio publicado por la Agència de Salut Pública de Barcelona que evalúa la concentración de colisiones de tránsito con víctimas en la ciudad en las que ha habido alguna bicicleta implicada.

No obstante, dado que el último informe data del 2015, la estadística aún no recoge los números de un año especialmente dramático como el 2016, que dejó cuatro víctimas mortales por accidentes con bicicletas implicadas.

El cruce del carrer Llull con el carrer de la Marina encabeza esta lista de puntos negros para los ciclistas. Lo siguen la intersección de Diputació con Passeig de Sant Joan y la plaza Joan Carles I, entre Passeig de Gràcia y la Avenida Diagonal. De hecho, en el índice figuran seis confluencias de la Diagonal con otras calles, así como cinco de la Gran Via de les Corts Catalanes.

Pero aunque existan una serie de zonas que concentran más accidentes, “el problema de la ciudad no son estos puntos negros” insiste Albert Garcia, portavoz de Amics de la bici, que considera que "si miramos las razones que convierten estos enclaves en más peligrosos veremos que toda Barcelona en sí es un punto negro". Para esta asociación, el foco no debe ponerse en los cruces o vías que registran más accidentes anualmente, ya que “año tras año varían, mientras el problema real persiste”. Así pues, la proliferación de estos puntos negros obedece a “la falta de educación vial y de conocimiento de la normativa, pero también de respeto entre colectivos”, señala Garcia.

A ojos de la plataforma, este tipo de cifras sin contextualizar contribuye más bien a crear una alarma social y desvía la atención de las prioridades de Barcelona en materia de movilidad. Por ello, la asociación pide que se endurezca la normativa por parte del consistorio para que los ciclistas puedan circular “con todas las garantías”, lo que implica “carriles anchos, seguros y directos”.

La propuesta que la asociación quiere trasladar al gobierno municipal es que las bicicletas “puedan ir por cualquier sitio”, adaptando su actitud a la vía por la que circulan, pero para ello necesitan una regulación que “garantice su seguridad”. “Los vehículos de motor doblan las esquinas sin reducir la velocidad, lo que supone una infracción que muchas veces desconocen pero no hay nadie que se lo recuerde”, apunta el portavoz. 

Para poner fin a este tipo de prácticas, desde la asociación instan al Ayuntamiento a seguir el ejemplo del consistorio valenciano que “ha ido un paso más allá” y recientemente ha aprobado señalizar la prioridad de las bicicletas en estas situaciones mediante un ceda el paso.