La bicicleta no goza de demasiada popularidad en Barcelona -aunque de justicia es reconocer que hay que potenciar su implantación para disminuir la contaminación y el uso del transporte privado a motor-. Una conducción incívica por parte de muchos ciclistas y una gestión municipal poco acertada por la falta de participación en la construcción de los nuevos carriles bici, según denuncian algunas entidades vecinales, no ayuda a mejorar la imagen.

El último episodio se está viviendo estos meses. El final de las vacaciones y la vuelta a la normalidad han traído para muchos barceloneses la sorpresa que el Ayuntamiento había aprovechado el parón veraniego para iniciar la construcción de una decena de carriles bici sin informar a los vecinos y sin poner en marcha ningún proceso participativo.

Parece que la construcción, en algunos puntos, se ha hecho con cierta “alevosía y nocturnidad”, dice el responsable de Urbanismo, Movilidad y Medio Ambiente de la asociación de vecinos de la Sagrada Família, Joan Itxaso.

En cambio, Albert Garcia de la asociación Amics de la Bici, no lo ve así. “Se ha informado. A lo largo de este año se han ido haciendo presentaciones en los barrios. Y a principios del mandato, el gobierno ya explicó sus intenciones”, afirma el ciclista, para quien el Ayuntamiento tiene “buena voluntad” para dotar a la ciudad de una infraestructura ciclista, pero reconoce que los pocos concejales que tiene Barcelona en Comú y la falta de presupuesto lo dificulta.

“Para hacer un carril bici se opta por sacar un carril de circulación o de aparcamiento. Eso hace que los carriles sean más estrechos y menos seguros. Por falta de presupuesto no se opta por un rediseño general de la calle como sería lo conveniente”, sostiene García.

Los nuevos carriles bici se están ejecutando en las calles de Josep Carner, París, Londres, Ganduxer, Doctor Fleming, Sant Antoni Maria Claret, Indústria, Biscaia, Degà Bahí, Sardenya, Ramon Trias Fargas, Esteve Terrades y las avenidas de Pau Casals y de Rio de Janeiro. Además de los citados, el Ayuntamiento iniciará este año la construcción de otros 21 carriles bici.

INVERSIÓN DE 5,5 MILLONES

Desde el inicio del mandato, a mediados del 2015, el gobierno de Colau ha ejecutado 26 carriles bici, con 36 nuevos kilómetros y una inversión de 5,5 millones. En total, la ciudad cuenta con 152 kilómetros de infraestructura ciclista. La apuesta municipal por la bici es clara. La otra cara de la moneda es que se están dejando muchos barrios con pocas plazas de aparcamiento para residentes.

En el barrio de la Sagrada Família, las críticas contra la gestión municipal ya viene de antes del verano. Itxaso subraya que la construcción del carril bici de la calle de la Marina se hizo de manera ordenada y consensuada, pero en el caso de los carriles bici de las calles de Cartagena y de Sardenya se ha hecho todo lo contrario.

Ciclista esperando en un carril bici para cruzar la calle / JORDI SUBIRANA



En Cartagena, las obras ya se llevaron a cabo en primavera. “Avisamos que se informara a los vecinos, pero no se hizo. La gente está muy enfadada”, asegura el líder vecinal. El carril bici de Sardenya se inició “con alevosía y nocturnidad”, reitera Itxaso. Se empezó a finales de verano, con media ciudad de vacaciones, y ahora la instalación está prácticamente lista.

La Sagrada Família, junto a algunas zonas colindantes, ha visto nacer en pocos meses varios carriles bici. A los citados hay que sumar uno en Travessera de Gràcia (al lado del Hospital de Sant Pau), otro en la calle de la Indústria y ahora se está ejecutando otro en Sant Antoni Maria Claret. Itxaso afirma estar a favor de la implantación de los carriles bici pero no la forma cómo el Ayuntamiento la lleva a cabo. “No ha habido participación de ningún tipo”.

La implantación de los carriles bici ha comportado la pérdida de 857 plazas de aparcamiento para residentes (área verde) y 304 de área azul entre 2016 y 2017, según datos de la empresa pública B:SM, que gestiona los aparcamientos.

Para Garcia, de Amics de la Bici, la desaparición de estas plazas es un tema menor frente “a los 3.500 muertos que la contaminación atmosférica causa cada año en el Área Metropolitana de Barcelona”. Y tiene claro que antes que garantizar el aparcamiento privado en la vía pública hay que priorizar la construcción de una red de carriles bici en la ciudad que permita una circulación segura y una movilidad más sostenible.

Acertadamente, la asociación vecinal de la Sagrada Família ha pedido que las plazas de estacionamiento de área azul -aparcamiento rotatorio-  que quedan en el barrio se transformen en aparcamientos para vecinos (área verde), pero de momento no está previsto, apuntan desde B:SM.

MUCHA SUBIDA EN GANDUXER

Otro de los carriles bici previsto es en la calle de Ganduxer, entre Diagonal y el paseo de la Bonanova. Según el presidente de la Asociación de Vecinos de Tres Torres, Luis Tusell, este carril no tiene sentido. “La calle de Ganduxer tiene mucha subida y no creemos que este carril se vaya a utilizar demasiado.  No estamos en contra del uso de la bici. Yo mismo soy usuario, pero Ganduxer no es la calle idónea para poner un carril bici”.

La asociación ha propuesto que el carril bici se haga en la avenida de Sarrià o en la Via Augusta, pero el Ayuntamiento no lo ha aceptado. “En Ganduxer es más necesario ampliar las aceras, porqué es una calle con distinta escuelas y es una zona de alta densidad peatonal”.

Para ampliar el carril, el Ayuntamiento eliminará un carril que ahora se usa para aparcar –principalmente estacionamientos de área verde para residentes-- y como zona de carga y descarga. Los vecinos también han pedido sacar otro carril de circulación para ampliar las aceras, pero tampoco ha sido aceptado.

Como en otras calles, Tusell se queja de la falta de participación municipal. El colectivo vecinal se enteró de la construcción porque se lo dijo alguna persona responsable de la escuela Teresianes, situada en Ganduxer con General Mitre. Nadie del Ayuntamiento invitó a los vecinos a participar en la toma de decisión y el Distrito se limitó a confirmar lo que les había dicho previamente el centro escolar. Según Tusell, está previsto que el carril esté listo en diciembre. “Ahora se están haciendo los trabajos previos de señalización”.

El objetivo municipal es que los ciudadanos tengan un carril bici a 300 metros de sus domicilios. Según García, los carriles bici tendrían que ser, en líneas generales, unidireccionales. Los bidireccionales son más estrechos y menos seguros. “En calles como Numància tienen sentido porque es la única vía en línea recta hasta la plaza de Espanya, pero en calles como Provença no es necesario. Se puede hacer en Provença de una dirección y, por ejemplo, en Rosselló, de la contraria”.

García también defiende cambiar la frecuencia semafórica para que las bicis puedan recorrer varias calles a la vez casi sin detenerse y evitar así los puntos negros que se encuentran, sobre todo en muchas esquinas del Eixample, cuando los coches y motos giran.

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