El tranvía de la Diagonal, la gran promesa electoral de la alcaldesa Ada Colau, sigue en vía muerta. Los técnicos no se ponen de acuerdo en si lo que más necesita Barcelona para mejorar el transporte público y reducir el uso del vehículo privado es unir el Trambaix con el Trambesòs trazando una línea recta sobre la avenida. El tiempo corre sin que se tome la decisión definitiva sobre todo en contra de la alcaldesa, que puede verse inmersa en la campaña electoral de las municipales del 2019 con la Diagonal cerrada por obras -y el consiguiente enfado de los afectados- o con el proyecto dormido en un cajón, para decepción de sus votantes.

Nunca un proyecto antes generó tantas discrepancias y tantas lecturas técnicas diferentes de datos idénticos como la propuesta de unir las dos líneas del tranvía, desde la plaza de Francesc Macià a la de las Glòries, por mitad de la Diagonal. Hasta seis expertos han comparecido ante la comisión municipal de estudio de la conectividad del transporte público por la Diagonal y lejos de lograr que los diferentes grupos municipales del consistorio acerquen posturas, en realidad han hecho más evidentes las diferencias.

El desencuentro es tal que ni siquiera la concejal de Movilidad, Mercedes Vidal (BeC), se ha atrevido a confirmar si el proyecto podrá ejecutarse durante esta legislatura. “La respuesta la tienen ustedes”, ha reconocido, dirigiéndose a los ediles de la oposición. Y les ha advertido de que “no puede ser que dilatemos la decisión. Volver a la casilla de salida es hacer trampas”.

IMPACTO ASUMIBLE EN EL TRÁFICO

Pero lo cierto es que el debate sobre el tranvía de la Diagonal parece haber entrado en un peligroso bucle. El director de Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, Adrià Gomila, ha vuelto a defender las prestaciones del tranvía “su impacto sobre el tráfico es asumible y compatible con una movilidad sostenible y respetuosa con el medio ambiente”. Pero no ha conseguido convencer a los representes polítcos del resto de formaciones.

Por contra, el doctor en Economía y profesor de la Universidad de Barcelona (UB), Albert Grajeda, ha calificado los estudios técnicos favorables que acompañan al proyecto de “un tramite para vestir una decision politica que ya se ha tomado” y ha puesto en duda la fiabilidad de las cifras sobre demanda, congestión del tráfico, costes y ahorro de tiempo en los desplazamientos aportadas en los informes. “Es un ejemplo de deficiencia en la toma de decisiones políticas. Tienen la legitimidad para unir los tranvías (ha dicho en referencia al equipo de Colau) pero deben dar respuesta a las necesidades de la sociedad”, ha incidido Grajeda.

Cabina de un tranvía como los que Colau quiere poner en la Diagonal / TRAM

El exdirector de Ports i Transports de la Generalitat, Jordi Julià, ha roto una lanza a favor la iniciativa porque, a su parecer, “Todos los informes dicen que la Diagonal aguantara el tranvía”. Julià ha vaticinado que, si al tomar la decisión decisiva, “solo se tiene en cuenta el tiempo de más que se tardará en recorrer la avenida en coche ,no se hará nada”.

TRAZADOS ALTERNATIVOS Y SOTERRAMIENTO

El presidente de la Fundació RACC, Lluís Puerto, ha tomado una posición intermedia y auinque ha admitido que “la conexión de los dos tranvias es positiva y puede aumentar el uso del transporte público, no es una buena opción que se utilice toda la Diagonal”, por los problemas que podría generar en algunos tramos y ha enumerado algunos trazados alternativos para el enlace como la calle de Urgell, la Gran Via, la calle de Aragó o el soterramiento de las vías a la altura de la calle de Balmes. Además, ha señalado que si el proyecto sale adelante “se tendrán que tomar medidas para que se reduzca el tráfico porque el tranvía no lo va a bajar. Al restringir el tráfico por la Diagonal, aumentará la congestión en la zona mas congestionada de Barcelona, que es el Eixample, donde empeorará la calidad del aire”.

Otro de los que se ha alineado a favor del proyecto de Colau ha sido el director del Centre d'Innovació del Transport (CENIT), Sergi Saurí, quien ha avalado que “es posible hacer pasar un tranvía por la Diagonal a una velocidad comercial adecuada”. Saurí ha recalcado que el posible impacto negativo de la infraestructura en el trafico de algunas calles adyacentes “no sería alarmante”.

Pero el más acérrimo defensor de la unión de las dos líneas ha sido Ricard Riol, ingeniero de Obras Públicas y presidente de la Asociación para la Promoción del Transporte Público (PTP), quien ha postulado que “No se puede mejorar el transporte publico en la Diagonal sin afectar al tráfico”. Riol ha calificado de “contradictorio” que no “los motivos para no actuar (para no enlazar los tranvías) no pueden ser favorecer la causa del problema ambiental que se pretendee resolver”, en referencia al uso del vehículo privado.

LA LÍNEA ORTOGONAL D-30

Tras escuchar todos los argumentos de los técnicos, los representantes de los grupos políticos presentes en la comisión se han mantenido firmes en los posicionamientos que defendían antes de empezar la sesión. El concejal del Grupo Municipal Demòcrata, Raimond Blasi, ha ratificado que “cualquier mejora que pueda traer el tranvía se puede aplicar al autobús”. Demòcrates propone que en lugar del tranvía se implante la línea ortogonal de bus D-30 que sigue pendiente y seguiría el mismo recorrido que el tranvía. Por eso Blasi ha recalcado que “si hay tantos estudios es que las cosas no están claras y que el tranvía no hace falta. Sería mejor hacer otras intervenciones”.

Santiago Alonso, concejal de Ciutadans, ha recordado que “sin consenso técnico” es imposible que se alcance “el consenso social y político” que necesita el proyecto. Y ha abogado porque se habra un debate sobre “la movilidad global que nos permitirá ver la eficacia y la necesidad del tranvía”. Todo lo que no sea eso, a la larga solo servirá para centrar el debate en “si el tranvía se hace antes o después de esta legislatura”, ha comentado Alonso, cuando en realidad se trata de tomar “una decisión de futuro que condicionará a toda la ciudad”.

El portavoz de ERC, Jordi Coronas, no ha puesto objeciones a que la llegada del tranvía a la Diagonal  pueda “obstaculizar” el tráfico rodado, pero ha pedido medidas complementarias como aparcamientos disuasorios en los extremos de la línea “que aumentarían la demanda y reducirían el uso del vehículo privado”. Sin embargo, ha lamentado que se descarte el soterramiento parcial de las vías “cuando también es recomenable”.

POSICIONES ENROCADAS

El edil del PSC, Daniel Mòdol, ha reconocido que “el impacto del tranvía en la Diagional es asumible pero hace falta aclarar algunos puntos”. Sin embargo, ha recriminado al resto de concejales de la oposición que sigan enrocados en sus posiciones. “Tengo la sensación de que no se avanza en nada”, ha puntualizado, a la vez que pedía lal gobierno de Colau que aclare si va a acometer el proyecto durante esta legislatura para sopesar “si el debate es urgente o no”.

Por su parte, el concejal del PP, Javier Mulleras, ha pedido que se estudien otras alternativas al tranvía porque “el tranvía genera dudas” porque los informes presentados han sido “sesgados para para vestir la decisión” . Para concluir, la edil de la CUP, María José Lecha, también ha pedido “medidas globales”· porque solo con el tranvía “no se paliará la contaminación” en Barcelona y ha reclamado un informe sobre la privatización de la explotación del servicio.

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