Donde dije digo, digo Diego. La marcha atrás de los concejales de Barcelona en Comú, en el distrito de Sant Martí, respecto al futuro del bus del barrio 192, ha puesto en pie de guerra a los vecinos del barrio del Clot.

En el último Consell de Distrito, celebrado el pasado 10 de octubre, el consejero Francesc Carmora fue rotundo: “El 192 se mantiene”, clamó ante los vecinos, tras intentar defender sin éxito que debía desaparecer. Fue, quizá, por el abucheo de los presentes, muchos de ellos personas de edad que usan ese bus de barrio para ir a centros médicos, lo que le hizo cambiar de opinión, aunque dejó entrever que haría falta negociar con los vecinos algunos de los aspectos del bus. Y la proposición de ERC para que dicha línea se mantenga fue aprobada por unanimidad

Los vecinos abandonaron aquel Consell convencidos de que habían ganado la batalla y que el 192 era intocable. Se equivocaron. Tan solo cinco días después, el conseller de Districte, Josep Maria Montaner, ha dejado clara la posición de su partido y, de lo aprobado en el Consell, nada de nada. Y de negociar conmlos vecinos los posibles cambios, tampoco.

LÍNEA RECORTADA

De hecho, la propuesta que los 'comuns' quieren llevar adelante no tienen nada que ver con lo prometido. Lo primero, la línea dejará de tener dos autobuses y se quedará en uno, por lo que la frecuencia de paso será de la mitad. Y, además, el recorrido se recorta sustancialmente, casi en la mitad. Actualmente, el recorrido va desde el hospital de Sant Pau hasta la calle Pujades; si sale adelante la propuesta de BeC, el recorrido irá de Sant Pau a la calle Aragó, dejando a buena parte del Clot y del Poblenou sin este servicio.

MANIFESTACIÓN

Para dejar clara su malestar con este engaño, los vecinos han convocado una manifestación ante la sede del distrito de Sant Martí. El portavoz de la AV del Clot-Camp de l'Arpa, Miquel Catasús, asegura que “no puede ser que vayan con medias verdades o medias mentiras. Lo que proponen ahora es un recorte de servicio que deja sin este autobús a la parte central del barrio”.

Y aunque reconoce que ya están acostumbrados a que los políticos se comporten de esta manera “en este caso estamos hablando de algo que afecta a muchas personas mayores y a otras con movilidad reducida, a las que no se les puede decir sencillamente que cojan otro autobús y que hagan transbordo. Estamos hablando de personas que no tienen otra alternativa”.

Los vecinos están dispuestos a lucharlo hasta el final. Y no aceptan ninguno de los argumentos en los que los comuns basan su postura. Que si esta línea es deficitaria, “si se suspendieran todas las líneas deficitarias, esta ciudad se quedaba sin autobús ni Metro”, defiende un vecino afectado; o que si se ponen nuevas líneas alternativas, “ni hacen el mismo recorrido, ni tienen la misma frecuencia, ni son tan cómodos para las personas mayores”, cuenta un usuario habitual.

Los vecinos defienden que el transporte público es de interés social y debe atender a las necesidades los usuarios, y que se deben tener en cuenta las cuestiones sociales en lugar de las económicas.

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