Europa está inmersa en un proceso de descarbonización que tiene como objetivo llegar a 2050 habiendo alcanzado un nivel neto de cero emisiones. Para ello, muchos países llevan años poniendo el foco en lo que supone una de las principales fuentes de intoxicación del aire: el tráfico. La descarbonización de la movilidad implica, entre otras medidas, no sólo reducir sino también electrificar el transporte.
En la mayoría de las principales ciudades europeas ya hay importantes restricciones para entrar con vehículos de combustión. En 2020 la ciudad de Barcelona restringirá la circulación a los vehículos sin etiqueta ambiental de la DGT en un área de más de 95 kilómetros cuadrados los días laborables de 7h a 20h. Esta medida ya se ha aplicado en Madrid y se enmarca en el plan de España para reducir la contaminación dentro del tiempo establecido por la UE en el Acuerdo de París.
CULTURA DE LA SOSTENIBILIDAD
En este escenario, es indudable que el coche eléctrico es una de las piezas fundamentales para llevar a cabo con eficacia un cambio positivo en la movilidad. Según los informes sobre clima y movilidad de la Comisión Europea, los centros urbanos y especialmente las ciudades inteligentes serán los primeros en sumergirse de lleno en una transición energética hacia energías renovables. Esto es importante, teniendo en cuenta que tres cuartas partes de la población vive en zonas urbanas y por lo tanto, los efectos de esta contaminación concentrada son devastadores.
La electrificación del tráfico supone una apertura hacia nuevos horizontes para las empresas en un mercado innovador que está creciendo de manera exponencial. Entre los países que ya han aplicado modelos sostenibles y eléctricos en su movilidad destaca Noruega, donde ya sale más a cuenta tener un coche eléctrico que uno de combustión. En este país la venta de coches eléctricos supone un 49’1% del mercado automovilístico. Le sigue Suecia y Países Bajos, donde las ayudas para la compra y la implementación de una infraestructura, los servicios de recarga, fabricación, y la producción de vehículos eléctricos ha sido crucial.
BATERÍAS Y AUTONOMÍA
Es la pieza más importante y a su vez más compleja de un vehículo eléctrico. Clarísimamente, la batería es el reto principal de los fabricantes para el devenir de la movilidad eléctrica. Por un lado, los avances en este campo deben estar orientados en reducir cada vez más el tamaño y aumentar su potencia y su capacidad de almacenamiento.
La autonomía es otra de los elementos que ocupan el centro de las preocupaciones de fabricantes y compradores. Actualmente las baterías alcanzan una autonomía de entre 300 y 500 kilómetros, dependiendo del tamaño de esta. Además, se trata de un sector que avanza a la velocidad de la luz y ya están previstas baterías que puedan alcanzar los 1000 km.
¿DÓNDE CARGAR EL COCHE?
Otra de las grandes dudas que están en la mente de todos los que se plantean pasarse al coche eléctrico es si podrán cargarlo en cualquier momento. Según Electromaps, España está dotada con una red de 4.545 puntos públicos de recarga. El 32% se concentra entre Madrid, Barcelona, y Valencia. Proveer al país de una red de electrolineras y puntos de recarga suficientes requiere de un esfuerzo conjunto entre las empresas privadas y la administración pública.
La empresa Endesa lleva años haciendo una gran apuesta por la movilidad eléctrica. En noviembre del 2018 inició el lanzamiento de un proyecto muy ambicioso a nivel estatal: se trata de un Plan de Infraestructuras de recarga para dotar al país de 8.500 puntos de recarga públicos y más de 100 mil puntos privados entre 2019 y 2023. El proyecto ha incluído, entre otras cosas, el acuerdo con la firma de gasolineras Petromiralles para la instalación de puntos de recarga en todas sus estaciones de servicio.
AYUDAS PARA LA COMPRA
En España todavía falta que se impulsen más iniciativas para generar un cambio de mentalidad para que las cosas cojan el mismo ritmo que en los países que lideran las ventas en coche eléctrico como Noruega y los Países Bajos. El gobierno español ha impulsado algunas ayudas, como el Plan VEA que contempla ayudas de hasta 5.500 euros por comprador. Además todos los vehículos eléctricos están exentos de pagar el impuesto de matriculación y de las tasas de las grandes ciudades donde haya restricciones.
Todavía faltan más iniciativas y ayudas para que se pueda llevar a cabo de una manera masiva, pero gracias a los proyectos de algunas empresas como Endesa y a las iniciativas por parte de las instituciones, la movilidad eléctrica cada vez es una realidad más factible en nuestro país.