Casi 11.000 motos y bicis de sharing, es decir de usos compartidos, circularán por Barcelona en enero de 2020. Éstos son las previsiones que baraja el Ayuntamiento de Barcelona de vehículos de este tipo que funcionarán por la ciudad cuando haya acabado de repartir las licencias, cuyo periodo de presentación y solicitud se inicia este martes. El día 31 de diciembre, el proceso debería haber culminado.
Según la regidora de Movilidad, la socialista Rosa Alarcón, en total se otorgarán 6.958 licencias para motos, de las que un máximo de 2.319 se podrán otorgar a una misma persona o empresa. Por su parte, el consistorio concederá 3.975 permisos para bicicletas de uso compartido de los que 1.325 podrán ser para la misma empresa o persona. Alarcón piensa que serán siete las empresas de motos y bicis que operarán en la ciudad a partir de enero.
FUNCIONAMIENTO "ALEGAL"
Actualmente opera la mitad de la flota de bicis y motos de uso compartido que se reparten cinco empresas de motos y dos de bicis, pero trabajan de manera "alegal", afirma la edil. Con la concesión de la licencia, estos vehículos regularizarán su situación. El permiso municipal será por tres años y se podrá prorrogar un año más a criterio del Ayuntamiento. Cada licencia por vehículo costará 71,5 euros. Cada moto y bici tendrán que llevar un número de identificación visible y único.
La concesión de la licencia comportará una serie de obligaciones por parte del titular, que, en caso de incumplimiento, podrá suponer la pérdida del permiso. Entre los deberes figuran no concentran el 50% de la flota de cada operador en la zona centro -Eixample y Ciutat Vella- por un periodo superior a dos horas consecutivas, facilitar la geolocalización de todos los vehículos en tiempo real, disponer de los seguros obligatorios, tendrán prohibido transmitir las licencias otorgadas y deberán aparcar los vehículos en los espacios habilitados para ellos.
LAS BICIS, EN LAS "U" INVERTIDAS
En el caso de las bicicletas, éstas deberán estacionar en los aparcamientos en forma de "U" invertida que hay por la ciudad. Para evitar que las bicis de sharing colapsan estas zonas, algunos de estos puntos serán de uso exclusivo para las bicicletas privadas, mientras que las motos tendrán que aparcar en los espacios autorizados y en los parkings que dispongan de plazas para motos. Alarcón insiste que la prioridad del Ayuntamiento es "proteger al petón" y recuperar las aceras para uso peatonal.
Las empresas de motos de uso compartido también tendrán la obligación de adherirse a un Código de Buenas Prácticas sobre seguridad viaria para garantizar una movilidad sostenible y segura. Según Alarcón, no cumplirlo puede suponer la pérdida de la licencia. Así, entre otros aspectos, los operadores deberán facilitar a los usuarios un caso homologado, informar de las normas de estacionamiento, garantizar un buen mantenimiento de la moto.
EXPULSIÓN DE LOS USUARIOS
El uso de los motos de sharing estará prohibido a los menores de edad, tampoco podrán alquilar la moto si no se dispone del permiso de circulación o aquellas personas que hayan sido expulsado de un operador. Será motivo de expulsión del servicio conducir con una tasa de alcohol superior a la permitida o bajo los efectos de la droga, circular de forma temeraria, dejar el vehículo a una persona distinta a la registrada o usar la moto para cometer delitos.