Los últimos radares de tramo anunciados por el Ayuntamiento de Barcelona en la Ronda Litoral, a la altura del Moll de la Fusta, la Ronda del Mig y el Túnel de la Rovira, solo son parte de los dispositivos sancionadores que el consistorio quiere incluir en la capital catalana hasta 2022.

Durante los próximos dos años la presencia de estas cámaras, ya sean fijas, móviles o de tramo, continuará incrementándose. A esta medida se sumará una ampliación de los polémicos foto-rojos, que sancionarán a aquellos que no respeten los semáforos, y una mayor presencia de controles en las calles barcelonesas.

RADARES

Pese a que para el consistorio los dispositivos de tramo mencionados anteriormente han sido los prioritarios, no se descarta que el listado se incremente en los próximos meses para "reducir la indisciplina viaria", especialmente en tramos donde se detecta "una elevada concentración de accidentes relacionada con el exceso de seguridad".

En la misma línea, el Ayuntamiento considera de "alta" prioridad la suma de radares fijos y móviles, pero deja en un segundo plano los radares pedagógicos, que no sancionan, otorgándoles una prioridad "media" en el ámbito de la seguridad vial.

Al margen de las Rondas, algunos radares de carácter fijo se localizan en Via Augusta y en las calles de Badal y del Doctor Aiguader, mientras que los móviles acostumbran a ubicarse en diferentes puntos de la ciudad, como la calle de Jesús i Maria, la avenida del Doctor Marañón, la Travessera de Gràcia y la calle de la Selva de Mar, entre otros.

El túnel de la Rovira, donde se encuentra un radar de tramo / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA



FOTO-ROJOS, EN TELA DE JUICIO

Entre los planes del consistorio también se encuentra la ampliación de los foto-rojos, esas cámaras instaladas junto a los semáforos que sancionan a aquellos infractores que no respetan la señal.

Aunque actualmente se haga uso de esta tecnología, lo cierto es que su legalidad está puesta en duda. El pasado año, un juzgado de Bilbao estimó un recurso interpuesto después de que uno de estos sistemas sancionara a un conductor debido a su falta de garantías, por lo que se anuló la sanción de 400 euros y la eliminación de cuatro puntos del carnet correspondiente a saltarse un semáforo en rojo.

La capital catalana cuenta con más de siete dispositivos de este tipo, que se pueden encontrar en lugares como la avenida de Josep Tarradellas, la calle del Comte d'Urgell, la calle de València y la avenida Diagonal.

INCREMENTO DE CONTROLES

Otra de las principales prioridades del gobierno municipa es la compra de etilómetros y de máquinas de drogo test digitales a modo de "herramientas para combatir la indisciplina".

En consonancia con esta medida, el Ayuntamiento incrementará los controles de alcoholemia y drogas en un 2% anual, que serán "aleatorios" y mayoritarios en "entornos de ocio nocturno, fines de semana o vigilias de festivo".

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