Trabajadores del metro de TMB, en una asamblea, el pasado septiembre / CGT METRO

Trabajadores del metro de TMB, en una asamblea, el pasado septiembre / CGT METRO

Movilidad

Los sindicatos de TMB, en pie de guerra contra la política del chivatazo

Los representantes de los trabajadores se posicionan contra el "código ético" que quiere poner en marcha la empresa

27 mayo, 2020 00:00

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El comité de empresa de bus de Transports Metropolitans de Barcelona, al igual que el de metro, se rebela contra el código ético que TMB quiere imponer a sus trabajadores. Los sindicatos están en pie de guerra y nada hace presagiar una solución a corto plazo. Como ha explicado Metrópoli Abierta este martes, la empresa pública quiere ley del silencio, vamos que la plantilla tenga la boca cerrada, para evitar dar una imagen perjudicial para la compañía, y promover el chivatazo entre sus empleados.

En una carta dirigida a la presidenta de TMB, Rosa Alarcón, a la que ha tenido acceso este medio, representantes de los trabajadores de la empresa de bus de TMB consideran que el citado código, "elaborado unilateralmente" por la dirección, "constituye un ataque al derecho fundamental a la libertad de expresión e información" en algunos de sus apartados. La carta está firmada por los sindicatos CGT, SIT ACTUB y ACAT, pero no por UGT ni CCOO. Este último sindicato también se ha posicionado en contra en las redes sociales.

DENUNCIAS ENTRE EMPLEADOS

El citado "código ético", que se aplicará tanto a metro como a bus, dos empresas con una plantilla de más de 8.000 personas, prevé un "canal ético" para que los trabajadores se denuncien entre sí. Concretamente, el código dice que se podrán "comunicar las posibles conductas irregulares o cualquier incumplimiento" de las normas recogidas en el código, como la difusión de información.

Las personas denunciantes tendrán que identificarse con el DNI y la cuenta de correo de empleado de TMB. Según el documento, las identidades de los empleados que se chiven de otros jamás serán reveladas. En el código, TMB advierte que perseguirá los hechos que no sean ciertos o que busquen hacer daño a otras personas, aunque no se tomarán "represalias" si la comunicación se hace de buena fe.

LOS SINDICATOS REPRESENTANTES

Los sindicatos firmantes de la carta del comité de empresa de bus (CGT, SIT, ACTUB y ACAT) sostienen que el código quiere "limitar en redes sociales la opinión de las personas trabajadoras de TMB, amenazando de forma inquisitorial a toda la plantilla, para evitar utilizar información que perjudique la reputación" de la empresa.

El comité de empresa de bus opina que la puesta en marcha de este código, desde este mes de mayo, es "una mala decisión corporativa", "poco ética" y "lesiva con los derechos fundamentales de las personas". Los representantes aseguran que no van a acatar el citado código y que lo van a denunciar públicamente. En su opinión, el nuevo instrumento de TMB para poner orden "busca perseguir o sancionar a la plantilla de forma antidemocrática".

'LEY MORDAZA'

En días anteriores, el comité de empresa de metro se posicionó de la misma forma. En una carta dirigida a la responsable de relaciones laborales de metro, Esther Chamorro Vila, valora el código como "un atentado contra el derecho fundamental a la libertad de expresión" que supone la puesta en marcha en TMB de "una rancia y antidemocrática Ley Mordaza". En el caso de metro, la misiva sí que fue firmada por la totalidad de los sindicatos del comité.

Un conductor de bus de TMB / TMB

Un conductor de bus de TMB / TMB



Un conductor de bus de TMB / TMB

Una comisión formada por tres personas será la encargada de "resolver las denuncias recibidas por los incumplimientos" y estará formada por "tres miembros de la dirección, representantes de los órganos de gestión de la compañía". La designación corresponderá al consejero delegado, es decir a Gerardo Lertxundi, que tiene un sueldo de 150.000 euros, y su nombramiento al consejo de administración.

INFORME ANUAL

La destitución de uno o de todos los integrantes de la comisión será de "competencia exclusiva" del consejo de administración de TMB. La comisión tomará las decisiones por mayoría simple y los casos deberán ser resueltos en dos meses. Cada año, la comisión elaborará un informe.

El código ético tiene como destinatarios a los empleados y colaboradores vinculados a "todas las sociedades de TMB" y exige a todas las empresas proveedoras que adopten una conducta de acuerdo con los principios generales incluidos en el documento. Su objetivo, dice la empresa, es buscar "un comportamiento profesional ético y responsable en el desarrollo de las actividades" para la "prevención, detección y erradicación de las conductas irregulares.

PRINCIPIOS Y PAUTAS DE CONDUCTA

Cita entre las finalidades del código "determinar las pautas de conducta y explicitar los mandatos y las prohibiciones" que deben tener en cuenta las personas a las que va dirigido. TMB, añade el documento, adoptará las medidas que crea oportunas para hacer efectivos el conjunto de principios, valores y normas que se incluyen en el código.

El documento establece unos "principios y pautas de conducta" que hacen referencia, entre otros aspectos, a la cultura de la transparencia, un derecho que tiene que ser "garantizado con diligencia, imparcialidad, honestidad y lealtad". El texto también cita entre los principios y pautas que se garantizará un "entorno de trabajo saludable y seguro", se evitarán los privilegios y los tratos de favor en las contrataciones con proveedores y se promoverá el compromiso social y medioambiental, minimizando "los impactos medioambientales negativos".

Metrópoli Abierta ha intentado sin éxito hablar con el consejero delegado de TMB, Gerardo Lertxundi. Tampoco ha sido posible entrevistar a la presidenta de la empresa y regidora de Movilidad, Rosa Alarcón.