El Ayuntamiento de Barcelona estudia mantener la prohibición de circular por algunas calles de la ciudad los fines de semana y festivos a los vehículos a motor que ha aplicado durante la desescalada del estado de alarma por la covid-19.
Ayer fue el último día en que se aplicaron estas restricciones al coche pensadas para que los vecinos pudieran pasear con seguridad durante el desconfinamiento por media docena de ejes viarios de la ciudad, una medida criticada por unos y aplaudida por otros. Los detractores aseguran que algunas calles apenas han contado con una mayor afluencia de peatones. Según ellos, los barceloneses han dado la espalda a esta iniciativa del Ayuntamiento.
UN FIN DE SEMANA AL MES
La teniente de alcalde Janet Sanz ha señalado tres vías en concreto, la carretera de Sants-Creu Coberta, Via Laietana y paseo de Sant Joan, porque "muchísima gente las ha utilizado" y "el comercio de proximidad los han utilizado absolutamente cada fin de semana y nos están exigiendo y pidiendo que continúe".
De momento, algunas de estas vías seguirán estando cortadas un fin de semana al mes porque forman parte del proyecto "Abrimos calles", que empezó en febrero y, de cara a setiembre, el consistorio estudia con las entidades de los barrios qué calles se podrán cerrar al tráfico con más frecuencia y cuáles sólo alguna vez al mes.
Lo que mantiene el Ayuntamiento de Barcelona son los cortes en los laterales de la avenida Diagonal y la Gran Vía y la ampliación de las aceras de la vía Laietana, y la pacificación de las calles Consell de Cent, Girona y Rocafort.