La movilidad es una de las asignaturas pendientes del Ayuntamiento de Barcelona. A nadie se le escapa el deterioro de la movilidad en los últimos años. Obras en las calzadas, aumento de las zonas peatonales, las superillas, la decisión de restringir el tráfico en el centro de la ciudad o la habilitación de carriles bici son algunas de las causas que han hecho que llevar un vehículo hasta el centro de la ciudad sea, en ocasiones, toda una odisea.

Para ayudar a la obra civil de mejora de la movilidad, el Ayuntamiento de Barcelona acaba de adjudicar un contrato de 96.793 euros que se llevó la compañía Oserma 1992 Obres i Serveis, que tuvo que competir con otras cuatro licitantes. La decisión del consistorio no deja de tener su guasa: en el pliego de prescripciones técnicas especifica que “la duración efectiva de la ejecución de las obras será de cuatro meses y, como máximo, hasta el 31 de diciembre de 2020”. Sin embargo, el contrato se adjudicó el pasado 11 de diciembre, por lo que la primera de las cláusulas de los pliegos municipales se ha de incumplir obligatoriamente, puesto que, al menos hasta el mes de abril no se podrán finalizar.

IMPOSIBLE ACABAR EL 31 DE DICIEMBRE

En las cláusulas administrativas, en cambio, se expone que la duración de las obras será de un mes, contando desde el día siguiente a la firma del contrato, aunque pone el mismo tope del 31 de diciembre. Existe, pues, una evidente contradicción entre ambos pliegos para el mismo encargo. En todo caso, es imposible cumplir con el encargo del Ayuntamiento: el 31 de diciembre de 2020 no podrá estar finalizado el trabajo, teniendo en cuenta que se ha de contar desde el 15 de diciembre, puesto que el contrato no se formalizó hasta el 14 de este mes.

Pero las imposibilidades no se reducen sólo a los plazos de ejecución de las obras, que no se concretan en el contrato. Señala el pliego de cláusulas técnicas los trabajos a realizar: “Arreglar los elementos de movilidad, como el ensanchamiento de las aceras, la delimitación de espacios, el arreglo de encintados, bases y pavimentos, infraestructuras subterráneas con ejecución de rasas y protecciones, pavimentos de cualquier tipo y el movimiento de tierras y gestión de residuos relacionado con estas actuaciones”. Visto lo visto, la mejora de la movilidad queda en entredicho, puesto que la creación de nuevos elementos o el ensanchamiento de las aceras contribuirá, previsiblemente, a entorpecer o a ralentizar aún más el tráfico y, por ende, la movilidad.

Ada Colau, en la fiesta dels Tres Tombs de 2019 / ARCHIVO



Aún así, un informe técnico de justificación del contrato detalla que “los trabajos a realizar pueden ser pequeñas actuaciones de mejora y adaptación a nuevas exigencias de la gestión de la movilidad o la accesibilidad, de elementos en la vía pública u otras infraestructuras soterradas que complementen otras ya existentes”.

EL PLAN DE CIUTAT VELLA

Paralelamente, en Ciutat Vella se ha encargado un plan de implantación del plan de movilidad en el distrito, que costará 39.492 euros. Este plan, que deberá estar finalizado en 9 meses, ha sido encargado a la empresa Desarrollo, Organización y Movilidad. Trata de la “primera fase de diagnosis de la demanda actual en los diferentes modos de movilidad, partiendo del análisis que se hizo del plan de movilidad de Ciutat Vella pero actualizándolo y completándolo. Seguidamente se harán varias propuestas de mejora de la movilidad en estos barrios (el Gòtic y Casc Antic), que serán analizadas y compartidas en un proceso de participación ciudadana para recoger las modificaciones o nuevas propuestas y hacer una concreción y cierre del documento, consensuado a los de los servicios técnicos del distrito”, dice el informe justificativo de este proyecto.

Este estudio deberá inventariar todos los elementos del distrito, como zonas de aparcamiento, de carga y descarga, aforos o elementos de restricción del tráfico. También identificará la red de transporte público, incluyendo el bicing, los vehículos de movilidad personal (VMP) o los taxis y acoplará todo ello a los planes parciales y a las ordenanzas municipales.

CONTROLES DE MATRÍCULAS

El trabajo de campo de la empresa consistirá en realizar controles automáticos de vehículos motorizados en todas las salidas y entradas del distrito para describir el tráfico existente y su evolución. Deberán hacer, asimismo, un mínimo de 25 controles manuales (unas 200 horas) con información sobre el sentido y la tipología de medios de transporte. Y 10 controles manuales (de 8 horas como mínimo) en diferentes franjas horarias para estudiar la ocupación y rotación de matrículas en todas las zonas de estacionamiento.

De esta actividad se piensa extraer información sobre la movilidad interna de los barrios citados, los viajes que los residentes realizan hacia el exterior y los realizados hacia el interior, así como los vehículos que atraviesan el distrito. Otro apartado es el estudio del traslado a pie dentro de Ciutat Vella. Con todo ello, se confeccionarán los planes finales que, en base a la circulación y movilidad en las franjas horarias, los datos del parque de vehículos y del número de viviendas, y teniendo en cuenta las barreras artificiales, decidirán si es preciso hacer más pasos de viandantes, superillas o adaptaciones diversas.

EVOLUCIÓN FUTURA DEL TRÁFICO

El informe final deberá recoger el análisis de la evolución futura del tráfico y de la movilidad, la identificación de las oportunidades de cambios y un estudio detallado de cada una de las modalidades de transporte, incluyendo las rutas del bus. Las propuestas se entregarán a las áreas municipales, que se encargarán de incorporar iniciativas ciudadanas y devolverlas a la adjudicataria para la redacción del informe final.

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