Dejar una moto o un coche aparcado en Barcelona es una actividad de riesgo. De un día para otro, la zona donde un ciudadano ha dejado estacionado el vehículo correctamente puede aparecer vallada, sin previo aviso, porque se inician unas obras. Y más le vale al paciente conductor que se apresure a sacar el turismo no sea que se lo acabe llevando la grúa.

Algo así está pasando estos días en la calle de Dos de Maig, entre Còrsega y Rosselló, que parte los distritos del Eixample y de Sant Martí. De golpe y sopetón, este tramo ha aparecido vallado y se prohíbe el estacionamiento en batería en plazas del área verde por el inicio de unas obras de canalización. Lo curioso del caso es que la señal de prohibido aparcar tiene efectos retroactivos: va del 1 de febrero –hace 24 días– hasta el 19 de marzo. 

Señal de prohibido aparcar por obras en Dos de Maig, este miércoles, desde el 1 de febrero al 19 de marzo / MA - JS



LAS SEÑALES DE PROHIBIDO ESTACIONAR, NUEVE DÍAS ANTES DE EMPEZAR UNA OBRAS

El 1 de febrero, ni las señales ni las vallas estaban en la calle, tampoco el 15 de febrero –la jornada después de las elecciones autonómicas–, ni en días sucesivos. "Yo las he visto por primera vez este lunes, 22 de febrero", dice un farmacéutico de la calle de Dos de Maig.

Fuentes municipales indican que, con carácter general, la señalización de que no se podrá estacionar se coloca nueve días antes de iniciar los trabajos y que la responsabilidad de instalar las señales es de la empresa promotora de las obras, si bien en todas ellas aparece el logo municipal. Dicho de otra manera, el consistorio se saca el muerto de encima y mira hacia otro lado cuando el control de la vía pública y de los aparcamientos regulados es de su competencia.

Desde la Guardia Urbana aseguran que si bien quien coloca las señales es la empresa, lo hace siempre bajo la autorización y el control municipal. O al menos así debería ser. Las fuentes del Ayuntamiento consultadas no han dado explicaciones sobre este caso concreto, ni por qué la compañía ha colocado recientemente unas señales que prohíben aparcar desde el 1 de febrero, ni si se podía sancionar a la compañía por no dejar los nueve días de rigor para ordenar la prohibición de estacionamiento, como marca la normativa.

Una coche encerrado por vallas junto a una señal de prohibido estacionar / MA - JORDI SUBIRANA 



PASA MÁS VECES DE LO HABITUAL

Este miércoles, no había ningún operario trabajando en la obra. Eso sí, la zona estaba completamente vallada, varios chaflanes habían sido ocupados por maquinaria y por una caseta mientras en los aparcamientos todavía había coches y motos de conductores ajenos al veto de estacionar.

Un trabajador de Barcelona de Serveis Municipals (B:SM), la empresa que vigila estas zonas de aparcamiento regulado, ha explicado que es bastante habitual que se vallen estacionamientos sin respetar los plazos de aviso. "Lo hemos comunicado muchas veces", denuncia el vigilante. Fuentes de la empresa B:SM han asegurado que ni las obras ni la señalización les corresponden a ellos.

El consistorio cree que lo más probable es que no se haya sancionado a ningún vehículo ni que la grúa haya actuado. Seguramente, tras la instalación de las señales, la empresa esperará a que la zona se haya vaciado de coches para empezar los trabajos de canalización.

En ocasiones, y cada vez más, Barcelona parece una ciudad de tebeo.

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