Rosa Alarcón (PSC), presidenta de TMB y concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, y Janet Sanz (Barcelona en Comú), segunda teniente de alcalde y concejal de Urbanismo, Ecología y Movilidad, discuten mucho. Ambas tienen carácter y sus discrepancias son sobradamente conocidas en sus respectivos partidos y en los de la oposición. Alarcón, sin embargo, niega que su relación personal con Sanz sea mala y asegura que se iría de fiesta con su superiora.
“Con Janet Sanz me iría a tomar unas copas. Ya sé que la leyenda dice que las dos tenemos muy mala relación, pero no estamos enfadadas. No es un tema personal, sino de partidos que parten de bases diferentes”, recalca Alarcón en una entrevista concedida a Metrópoli.
SUPERILLAS DEL EIXAMPLE
La movilidad de Barcelona es uno de los focos de más tensión entre los comunes y los socialistas. Las diferencias son notorias, sobre todo en asuntos de gran calado como las futuras superillas del Eixample que proyectan Colau y Sanz. Este proyecto prioritario de los comunes es visto con muchos recelos en el PSC, que también discrepa con su socio de gobierno sobre los bloques de hormigón que se instalaron en muchas calles de Barcelona.
Rosa Alarcón (PSC), concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona / PABLO MIRANZO
La ampliación de las terrazas, una petición del Gremi de Restauració, costó lo suyo en Barcelona. En el anuncio oficial, el líder del PSC, Jaume Collboni, se mostró muy satisfecho y elocuente por la gran cantidad de negocios (bares y restaurantes) que se podían salvar con la medida. A su lado, Sanz estaba de mal humor, muy seria. No hizo ningún guiño a los restauradores y se limitó a recalcar que el espacio se ganaba para las terrazas iba en detrimento de los vehículos privados.
Alarcón y Sanz defienden sus posturas. Algunas discusiones han sido sonadas, según dicen en ambas formaciones, pero la presidenta de TMB asegura que no tendría ningún problema en tomarse una copa con Janet, quien a medio plazo podría postularse como posible sustituta de Colau.