La implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) continúa siendo un perjuicio para numerosos conductores de Barcelona y su área metropolitana, quienes han visto como se les ha restringido la movilidad con su vehículo en base a un dudoso criterio que se utiliza bajo la excusa de reducir los niveles de contaminación.

Las administraciones que han dado su beneplácito a esta medida, potenciada con especial fuerza en la capital catalana por el Ayuntamiento de Barcelona, no solo no han rectificado ante las reclamaciones de los afectados, sino que tienen en marcha un plan de expansión para el próximo año. En 2022, la extensión de la ZBE será una realidad en los municipios de Badalona, Santa Coloma de Gramenet, El Prat de Llobregat, Sant Boi de Llobregat y Castelldefels.

Ante esta situación, un barcelonés ha optado por llevar el asunto al Parlamento Europeo, generando un intenso debate en la cámara que puso en evidencia los defectos de esta normativa.

FAMILIA SIN TRANSPORTE

Martín Gurria, quien ha llevado la denuncia a la Eurocámara, explica que la situación en la que se vio su familia fue una razón que le llevó a realizar esta acción. Este barcelonés vio como su madre, una mujer "de 70 años con una enfermedad respiratoria que utiliza el coche para trabajar", quedó afectada por la normativa. Lo mismo pasó con la moto de su hermano y la suya, así como con el coche de su cuñado, un invidente que se desplaza en este vehículo conducido por la hermana de Gurria. "De repente toda mi familia se queda sin medio de transporte", relata.

Es entonces cuando éste comienza a investigar sobre las condiciones impuestas por la ZBE y se indigna al comprobar como se tiene en cuenta "la edad del vehículo" en lugar de seguir un criterio contaminante. "Aluciné. ¿Cómo puede ser algo tan arbitrario?", se cuestiona.

Cartel de la ZBE en la ronda de Dalt / AJ BCN



LA ZBE, A EUROPA

En primera instancia, Gurria optó por enviar "una carta al defensor del pueblo", de quien obtuvo una respuesta que denotaba una postura inmovilista. Tras ello, apostó por presentar un escrito al Parlamento Europeo, una acción que ha realizado "a nivel individual" contando con la ayuda de la Plataforma de Afectados por las Restricciones Circulatorias (PARC). Ello llevó al debate sobre la polémica medida en la cámara.

"La Unión Europea está siendo más justa y democrática, nos está escuchando. Tengo esperanzas de que la UE haga algo, por el momento está haciendo las preguntas correctas", explica este barcelonés. Además, anima a otros afectados a seguir su ejemplo: "Me gustaría que el Parlamento Europeo recibiera muchas más quejas de los afectados, que empezaran a escribir a la Unión Europea. Me sorprende el nivel de conformismo de la gente que dice que se pierde el tiempo y que no llegará a ninguna parte. Por lo menos hemos de intentarlo", destaca.

SIN ABUSOS

Gurria lamenta el criterio escogido para regular la Zona de Bajas Emisiones, y remarca la necesidad de, al menos, compensar a los afectados. "No hay indemnización a lo que es una expropiación de algo que te ha costado años de trabajo", asegura.

Este afectado, que huye de actitudes derrotistas e insta a seguir luchando por una normativa justa, espera que "la ZBE se acabe tal y como la conocemos ahora y se haga una de verdad". Para ello, insiste, resulta imprescindible que esta medida "se haga en serio y sin abusos contra las personas".

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