El metro de Barcelona y los autobuses se libran de tener que subir la temperatura. A pesar de la normativa del Gobierno por la que establecimientos, lugares públicos y transportes tendrán que subir sus termostatos hasta los 27 grados el transporte público de la capital catalana quedará exento.
En el caso del metro, no obstante, sí se tendrá que adaptar la temperatura en los andenes, por lo que serán solo los vehículos los que podrán mantener la refrigeración como hasta ahora.
Así lo ha anunciado fuentes del Ministerio de Transición Ecológica a Betevé, por lo que el transporte público pasa a la lista de excepciones, que incluye solo a hospitales, centros educativos y peluquerías y, en el transporte, trenes, aviones y barcos.
LAS MEDIDAS ENTRARÁN EN VIGOR LA PRÓXIMA SEMANA
El motivo de la decisión radica en las aglomeraciones que ambos medios de transporte sufren, lo que hace necesario una mayor refrigeración para combatir no solo el calor ambiental, sino la humedad y la acumulación de calor que irradian las personas.
Esta medida, así como el apagado de luces a las 22:00 horas y mantener las puertas de los establecimientos cerradas entrarán en vigor a partir de la próxima semana. Son medidas con las que el Gobierno de Pedro Sánchez espera poder combatir la crisis energética.