Caos de movilidad con las obras de la 'superilla' del Eixample: "En septiembre será una locura"
Conductores y transportistas temen el colapso por los trabajos para la creación de los nuevos ejes verdes y plazas
27 agosto, 2022 00:00Noticias relacionadas
Las obras de la superilla del Eixample están en marcha. Desde el pasado 16 de agosto, el centro de Barcelona cuenta con varias calles levantadas y cambios en la circulación a los que peatones, ciclistas y conductores han tenido que adaptarse a marchas forzadas.
Algunas de las vías afectadas, como la calle del Consell de Cent y la de Girona, tan solo disponen de un único carril de circulación en el que tratan de convivir vehículos privados, autobuses, taxis, bicicletas y patinetes. La imposibilidad de realizar dos tramos seguidos rectos en los futuros ejes verdes y el obstáculo que significará no poder atravesar las plazas proyectadas son hándicaps añadidos a la movilidad en el Eixample.
Los trabajos ya han comenzado a dificultar los desplazamientos este mes de agosto. Aumento del tráfico, supresión de carriles, falta de estacionamientos y zonas de carga y descarga... Pese a ello, los afectados pronostican que lo peor está por llegar el próximo mes de septiembre.
SIN CARGA Y DESCARGA
Los transportistas están entre los principales perjudicados por las obras de la superilla. Al margen de la densidad del tráfico, que supone una ralentización de su servicio, se enfrentan a la supresión de las zonas de carga y descarga.
Así lo expresa uno de estos trabajadores, que tiene detenido un camión en la confluencia de la calle del Consell de Cent con la de Bruc para llevar género a un local de restauración. "En agosto aún es tranquilo, pero en septiembre será una locura. Han quitado las plazas de carga y descarga y las han dejado para minusválidos, lo que es comprensible, pero nosotros necesitamos espacio", asegura.
Este empleado de una empresa de alimentación espera que, ante la falta de plazas, "la Guardia Urbana sea comprensiva a partir de septiembre".
TAXISTAS PERJUDICADOS
Las obras del Eixample tampoco suponen ninguna facilidad para los taxistas, quienes también están sufriendo desde mediados de agosto el recorte de espacio que representan los trabajos.
Detenido en el cruce de la calle del Consell de Cent con la calle de Balmes, uno de estos conductores denuncia las complicaciones a las que se enfrenta el sector. "Se parará todo. Afectará al tráfico, pero también a la recogida de personas porque solo con un carril no hay espacio para parar", apunta.
Aunque reconoce que en el mes de agosto las trabas son menores, destaca su preocupación por el "caos" que se pueda vivir en el Eixample "a partir del lunes".
BICICLETAS Y PATINETES SOBRE LA ACERA
La supresión de carriles bici para llevar a cabo las obras de la superilla no han desplazado a muchos de estos vehículos y otros de movilidad personal a vías alternativas, tal y como pretendía el consistorio barcelonés. Muchos de ellos han optado por convivir con el resto de vehículos en la calzada, aunque otros se han decantado por hacer uso de las aceras.
Un usuario de patinete, que circula sobre la acera de la calle de Girona en sentido sur, afirma que su caso no es excepcional porque las obras han llevado a buscar itinerarios alternativos que no incrementen la distancia en los desplazamientos.
"En las calles que podemos vamos por la calzada, pero en las que no hay una alternativa directa utilizamos la acera". Este joven también señala que, desde el inicio de las obras, es más frecuente encontrarse a vehículos "parados en el carril bici", lo que supone una traba añadida para ciclistas y usuarios de VMP.
DESCANSO VECINAL
El reparto de calles que se convertirán en ejes verdes y aquellas que quedarán intactas resulta un motivo de preocupación vecinal. Los residentes temen que el tráfico busque en estas vías sus alternativas, con las externalidades negativas que puede conllevar.
Sergio, vecino de la calle de València, recuerda que los vecinos serán "los más afectados por estos trabajos". En este sentido, explica que al tratarse de una de las calles alternativas para el tráfico rodado "no se podrá descansar, sobre todo durante las horas punta". "Tendremos mucho más ruido todo el día y más contaminación", sentencia.
"ESTRANGULAMIENTO DEL TRÁFICO"
Francesc Narváez, exconcejal de Movilidad de Barcelona, lamenta el "estrangulamiento del tráfico" que se está realizando en el centro de Barcelona. "Solo se está dejando una cierta fluidez en Gran Via y Aragó, el hecho de estrangular las demás calles del Eixample provocará que, el día que haya un incidente, no se pueda desalojar parte del tráfico implicado en el conflicto", señala.
En este sentido, el exregidor apunta que las "calles de València y Mallorca", junto a las mencionadas arterias, serán las que soportarán la totalidad de tráfico en la "interconexión entre barrios y el paso por el centro de la ciudad", lo que provocará un "aumento de la congestión y la contaminación de forma importantísima".
Respecto a los futuros ejes verdes proyectados por el consistorio barcelonés, Narváez indica que se carece de un "plan de usos" en el que se limiten los "locales de pública concurrencia", evitando así resultados como los de la calle del Parlament, en la que "los vecinos están hartos de que su calle sea la prolongación de un bar" por los numerosos locales de restauración que alberga.
"LABORATORIO DEL URBANISMO"
Desde Motoristes BCN lamentan la peligrosidad que suponen estos trabajos para los peatones y conductores, ya que se está haciendo uso de "vallas metálicas que pueden caer con el viento" cuya cifra es numerosa en vías como la calle del Consell de Cent, y critican que la capital catalana se haya convertido en el "laboratorio del urbanismo".
"Quieren imponer una ideología muy concreta sin tener en cuenta los diferentes sectores que necesitan tráfico rodado. En Barcelona falta un liderazgo político que piense en un cómputo global, con gestores eficientes", señala el colectivo.
Los motociclistas insisten en que la colocación de "elementos que dificulten el tráfico incrementa la inseguridad", y reivindican que Barcelona debe tener una "visión de apertura metropolitana".
PLAZAS Y EJES VERDES
Los trabajos de la superilla del Eixample se traducirán en la implementación de cuatro ejes verdes en las calles del Comte Borrell, Consell de Cent, Girona y Rocafort, además de cuatro plazas en las confluencias de Consell de Cent con las vías anteriormente mencionadas y la calle de Enric Granados. Su coste ascenderá hasta los 52,7 millones de euros.
Los planes municipales futuros pasan por reconvertir una de cada tres calles del Eixample en ejes verdes con el modelo Superilla Barcelona.