Barcelona cuenta con tres grandes estaciones de autobuses. Las instalaciones de Sants, Nord y Fabra i Puig sirven, a los viajeros que optan por este método de transporte, como intercambiadores que permiten continuar sus desplazamientos con otras opciones, además de funcionar como puntos de origen y destino para expediciones nacionales e internacionales.
Para incentivar la intermodalidad y mejorar el servicio que se ofrece a los pasajeros, el sector de transporte de viajeros por carretera reclama que se realicen mejoras de infraestructura y gestión en las instalaciones actuales, y apuesta por la materialización de un nuevo intercambiador en la entrada a Barcelona por el sur de la avenida Diagonal.
Intermodalidad eficiente
La Federació Empresarial Catalana d'Autotransport de Viatgers (FECAV) defendió esta petición el pasado mes de mayo, durante el acto del 25 aniversario del Pacto por la Movilidad. Ramon Sagalés, vicepresidente de la patronal, reclamó una “colaboración público-privada que favorezca la gestión de las paradas de autobús en la ciudad”. “Hay que facilitar una intermodalidad cada vez más eficiente”, señaló el también consejero delegado de la compañía denominada con su apellido.
El portavoz de la federación incidió en la necesidad de “arreglar el espacio para los usuarios, también en el área metropolitana”, y subrayó que “el futuro de los próximos 50 años pasa por disponer de paradas de autobús dignas, tanto en origen como en destino”.
Preguntada por este medio sobre otras posibles mejoras para los intercambiadores barceloneses, FECAV ha declinado posicionarse más allá de las declaraciones realizadas en el citado acto.
“Alta rentabilidad social”
Para Alsa, operador líder en el sector a nivel nacional, los intercambiadores “son infraestructuras clave para que los operadores ofrezcan un servicio de calidad a los viajeros”, y suponen unas “inversiones modestas pero con una alta rentabilidad social”. Así lo afirma Valeriano Díaz, director de Alsa en Zona Mediterránea, quien señala que las actuales estaciones barcelonesas “cumplen adecuadamente su función” al disponer de “fácil acceso tanto para las líneas regionales que vienen del interior de Cataluña, como las de largo recorrido que provienen de distintos puntos de España”. Además, añade, “ofrecen una fácil intermodalidad con trenes y metros, tanto en Sants como en Arc de Triomf, en la estación del Nord”.
Aunque Díaz indica que estas instalaciones son “eficientes”, el portavoz tacha de “deseable” que en el intercambiador de Sants “se acometiese el proyecto de remodelación y modernización existente desde hace años” para este espacio. “Los operadores podríamos ofrecer a los viajeros una infraestructura de calidad acorde con la de nuestro servicio, y los viajeros de autobús podrían disfrutar de una estación que esté a la altura de la ciudad de Barcelona y de las que ya disfrutan los viajeros de otros modos de transporte”, explica.
El director de la compañía en Zona Mediterránea asegura que el operador vería con buenos ojos la materialización del intercambiador que se proyectó en Zona Universitària, aunque indica que “éste sería más útil para los servicios de corto recorrido y área metropolitana de Barcelona” que para las líneas actuales gestionadas por Alsa. Díaz recuerda que los intercambiadores también son imprescindibles para fomentar “la movilidad en transporte público en detrimento del uso masivo del vehículo privado en las ciudades”.
Silencio entre operadores
El posicionamiento de Alsa se desmarca del silencio generalizado entre los diferentes operadores de líneas que realizan recorridos interurbanos en el área de Barcelona, que al mismo tiempo resultan mucho más afectados por esta cuestión.
Hillsa, Font, Moventis y Baixbus no han dado respuesta a las cuestiones planteadas por este medio respecto a los intercambiadores en Barcelona. Monbus ha rechazado pronunciarse sobre esta cuestión, mientras que Soler i Sauret se ha remitido al posicionamiento de Fecav.
Sants y Zona Universitària
El Ministerio de Transportes licitó, el pasado mes de abril, las obras de remodelación de la estación de Sants por una cantidad que alcanzó los 176 millones de euros. El proyecto tiene un valor total de 410 millones de euros y será ejecutado en tres etapas.
Esta transformación reclamada por el sector facilitará la creación de un nuevo eje multimodal que conectará a los viajeros de las estaciones de autobús y metro con los vestíbulos de Rodalies y alta velocidad.
En 2010, la Generalitat presentó un proyecto para edificar una nueva estación de autobuses subterránea en Zona Universitària, en la entrada sur de Barcelona. La iniciativa, que no llegó a materializarse, facilitaba el intercambio con metro y tranvía, con una inversión de 96 millones de euros.