Esta estación de la L1 del metro de Barcelona oculta “fantasmas”: oleada de suicidios en los años 60

Una famosa estación del metro de Barcelona oculta “fantasmas”. La historia de la parada Rocafort de la línea L1 está teñida de negro: cuenta la leyenda que en los años 60 se produjeron numerosos suicidios que alteraron a los barceloneses. Han pasado muchos años desde entonces, pero nunca se ha encontrado una explicación lógica aquellos incidentes que consternaron la ciudad.

Cuatro personas se quitaron la vida en menos de un mes. Tras ello, numerosos trabajadores de la estación de Rocafort aseguraron haber visto a varias personas deambulando por las vías del metro a través de las cámaras de seguridad. Esto ocurría cuando el último convoy había pasado hace bastante tiempo y los accesos estaban cerrados. Agentes inspeccionaron la estación, pero nunca encontraron a nadie.

Refugio durante la Guerra Civil

La estación se inauguró en 1926 con el nombre de Rocafor como parte del primer tramo inaugurado del Metro Transversal. Posteriormente, en 1982, con la reorganización de los números de las líneas a la numeración arábiga, pasó a ser una estación de la L1 y se denominó Rocafort.

Durante la Guerra Civil (1936-1939) se usó como refugio. En la boca de acceso murió mucha gente fruto de los bombardeos de los aviones alemanes que sobrevolaban la Gran Vía de Barcelona. Por este motivo, muchos dicen que se trata de una estación maldita, donde los fantasmas campan a sus anchas por las vías de la estación.

Imagen de 1932 de una antigua estación del metro de Barcelona Archivo TMB

Película inspirada en su historia

La estación de Rocafort ha inspirado al director Luis Prieto, que ha rodado una película inspirada en su historia. El largometraje es un thriller psicológico que narra la vida de Laura, trabajadora de la estación. La joven no tarda en descubrir la oscura historia que se oculta tras la parada y, con la ayuda de Román, inicia una investigación para descubrir lo que realmente ocurrió en aquel terrorífico lugar, un objetivo del que se arrepentirá cuando empieza a experimentar situaciones paranormales.

Aunque el interior de la estación de Rocafort es el escenario principal de la película, el rodaje también se ha desarrollado por las calles de Barcelona.