El Servei Català de Trànsit (SCT) ha dado un paso importante en su lucha contra la siniestralidad vial con la instalación de cuatro nuevos radares móviles de última generación en la provincia de Barcelona.
Estos dispositivos, conocidos como radares en remolque o carros radar, están equipados con tecnología avanzada que les permite detectar el exceso de velocidad en diversos tipos de carreteras, desde autopistas hasta vías locales, y sancionar a los infractores de forma inmediata.
Última tecnología
Equipados con tecnología láser, permiten un seguimiento dinámico de los vehículos, lo que facilita la medición precisa de la velocidad en varios carriles y en diferentes tipos de vías.
Además, cuentan con conexión a internet, lo que facilita gestionar automáticamente las infracciones y emitir las sanciones sin necesidad de la presencia de un agente de tráfico.
Ubicaciones de los nuevos radares
Los primeros dos radares en remolque ya están en funcionamiento. El primero de ellos se encuentra en el kilómetro 196 de la carretera C-31, a la altura del barrio de Bellvitge, en l'Hospitalet de Llobregat, un punto con alta siniestralidad. Este radar ha comenzado a operar hoy, 22 de noviembre.
El segundo radar se ubicará en el kilómetro 141 de la AP-7, en Santa Perpètua de Mogoda, en sentido Tarragona, y entrará en funcionamiento este 22 de noviembre. Los otros dos radares serán instalados próximamente en puntos estratégicos aún no revelados.
Los radares en remolque se sitúan en los márgenes de la carretera y son visibles para los conductores, con el fin de reforzar su efectividad como medida disuasoria.
Sanciones
Los conductores que sean sorprendidos superando los límites de velocidad establecidos se enfrentarán a sanciones que pueden variar entre los 100 y 600 euros, dependiendo de la magnitud del exceso de velocidad.
Podrán perder hasta seis puntos de su carnet de conducir. En los casos más graves, cuando el exceso de velocidad sea superior a 60 km/h en vías urbanas u 80 km/h en vías interurbanas, la infracción puede ser considerada un delito contra la seguridad vial, lo que conlleva penas de prisión de entre tres y seis meses, o la imposición de una grave multa económica, además de la retirada del permiso de conducir.
Objetivo: reducir a la mitad las víctimas mortales
Estos nuevos radares son parte de la estrategia del SCT para reducir a la mitad las víctimas mortales en las carreteras catalanas en el período 2020-2030. De hecho, su ubicación ha dependido de los resultados de un estudio detallado de los tramos con mayor tasa de accidentes.
Según datos de Trànsit, la presencia de cinemómetros ha reducido la siniestralidad entre un 65% y un 80% en las zonas donde ya se habían instalado.