Barcelona tiene barrios muy diversos que la convierten en una ciudad de contrastes. Más allá de las zonas más famosas, como la Sagrada Família, El Poblenou o L'Eixample, la capital catalana tiene otros espacios singulares que muchas veces se ignoran en las guías turísticas.
En el extremo norte de Nou Barris, alejado del bullicio del centro y muchas veces ignorado en los mapas turísticos, Torre Baró emerge como uno de los barrios más especiales de Barcelona.
Su historia, marcada por el abandono institucional y la autoconstrucción, convive hoy con panorámicas espectaculares, una creciente vida comunitaria y un renovado protagonismo cultural.
Mural homenaje a Nou Barris por 'El 47'
El 47: el foco en Torre Baró
La historia del barrio también se cuenta a través del cine. En 2023, El 47, dirigida por Marcel·lí Antúnez, puso a Torre Baró en el centro del relato cinematográfico. La película ha atravesado fronteras: se estrenará en países como Canadá o Australia.
Más allá del reconocimiento --la cinta arrasó en los Premis Gaudí y en los Goya--, el film involucró a vecinos y capturó una realidad muchas veces silenciada: la de los barrios periféricos que resisten al olvido.
De proyecto de lujo fallido a símbolo de resiliencia
A principios del siglo XX, Torre Baró se concibió como una zona residencial de alto nivel. El castillo que corona la colina debía ser un hotel, pero nunca se terminó.
En lugar de villas acomodadas, llegaron familias trabajadoras, muchas procedentes de otras regiones de España, que levantaron sus propias casas en los años 50 y 60, en un contexto de precariedad y sin planificación urbana.
Entre las zonas marginadas de Barcelona
Durante décadas, el barrio sufrió la falta de servicios básicos, lo que lo situó entre las zonas más marginadas de Barcelona.
Sin embargo, esta realidad forjó un tejido vecinal fuerte y combativo, que ha sido clave en la mejora de las condiciones de vida.
Cuestas en el barrio de Torre Baró
Un balcón privilegiado sobre Barcelona
La ubicación de Torre Baró le proporciona uno de sus mayores tesoros: las vistas.
El castillo, hoy reconvertido en mirador de acceso libre, se alza a más de 250 metros sobre el mar, desde donde se puede observar la ciudad entera, el Mediterráneo y, en días despejados, incluso los Pirineos.
Mirador de Torre Baró de Barcelona / MA
Collserola: el pulmón verde al alcance de los vecinos
El entorno natural que rodea el barrio es otro de sus grandes valores. Torre Baró limita con el Parque Natural de Collserola, un espacio verde vital para la ciudad. Senderos, fuentes y caminos invitan al paseo, al ciclismo o simplemente a desconectar.
Este contacto directo con la naturaleza ha impulsado proyectos comunitarios de sensibilización ambiental y agricultura urbana, que refuerzan el vínculo entre los habitantes y su entorno.
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