Nueva temporada en Metrópoli Abierta y, aunque no era el tema a tratar, debo centrarme nuevamente en la seguridad vial.
Ayer recibí varios mensajes informando de una trágica pero recurrente noticia: la muerte de un motero en Barcelona. Llevo toda mi vida asistiendo a víctimas de tráfico en el marco de la seguridad vial, y lo que pasa en Barcelona debe ser corregido con urgencia.
Los datos son terroríficos, más de 10.000 heridos en la ciudad. Sólo en el Eixample hay más de 3.000, convirtiéndolo posiblemente en uno de los espacios con más siniestralidad de la Unión Europea. Y la solución no pasa por restringir el tráfico, seguro que no, sino por conducir y deambular de otra manera todos los integrantes.
Como bien sabemos, el colectivo más infractor somos los peatones, no les quepa duda. Cruzamos fuera de los pasos de peatones, en rojo, con el móvil, bebidos, etc. Hemos de tener mas cuidado, ya que el daño es total y en muchas ocasiones se generan cadenas perpetuas de dolor. Imagínense el trágico siniestro de este verano de la muchacha norteamericana embaraza de 7 meses donde ambos fallecieron. -DEP-.
Esa es una educación que debe iniciarse en la escuela y con los padres… recuerdo siempre mi hija cuando me dice: "Papá, no podemos cruzar!!! El ninot esta rojo".
Pero sin duda el colectivo más vulnerable en Barcelona son los moteros, por encima de cualquier otro. Y si no, que se lo pregunten a las salas de trauma de nuestros hospitales. De los 14 fallecidos en Barcelona, 9 eran moteros.
Cuando propuse el carril moto, no era una propuesta refrescante y populista sino una herramienta capaz de dar soluciones prácticas y efectivas a las más de 300.000 motos que circulan por la ciudad. Es indecente que a día de hoy ni tan siquiera se hayan ampliado los carriles bus-taxi -150 cm- para que puedan circular correctamente, ni implementado muchas más zonas de aparcamiento que pacifiquen las aceras de nuestra metrópoli. Pueden estar seguros que si de mi depende, voy a promocionar el carril moto al nivel que se merece.
Asimismo, dotar de un seguro obligatorio a bicis y patinetes ya urge, porque los dramas por estos hechos se manifiestan a diario.
Es evidente que así no podemos continuar, hemos de hacer propuestas valientes y con el único objetivo de reducir drásticamente la siniestralidad.
Por otro lado, el desafío de la próxima década es el móvil, tenemos un “problemón” con eso. Al igual que nos pasó con el casco o el cinturón, hemos de ganar esta guerra, y solo con la conciencia colectiva de todos podremos superar este drama. Un segundo es suficiente para perderlo todo o provocar la ruina a alguien y a sus familias. Aún recuerdo un trágico siniestro donde murieron varias personas y la causa aparente fue coger el móvil, uno de tantos miles.
A la familia del hombre que falleció ayer le envío toda la compasión y fortaleza posible, esto es un golpe durísimo que te parte el alma en dos. Es responsabilidad de todos mejorar los catastróficos datos, especialmente malos en Cataluña, que invaden nuestras estadísticas. Mañana saldrá el sol, así que tenemos una magnífica oportunidad para predicar con nuestro ejemplo. Conciencia social, nada más.