“El muerto vivo”, popular canción del desaparecido Peret, tenía aquel estribillo que decía “no estaba muerto, estaba de parranda”. Pues eso. Que la frase se puede aplicar al tripartito municipal que en su día ya unió a PSC, ICV y ERC (como antesala de lo que vendría después en la Generalitat), pero ahora con el colauismo sustituyendo la marca de Iniciativa, y con una diferente distribución de fuerzas.
El barómetro de Crónica Global nos ha dejado claro esta semana que la opción sumaría y que la ciudadanía mostraría un empate de preferencias entre ésta y la fórmula de suma indepe. A su vez, Ernest Maragall (siempre claro antagonista del mundo convergente) se muere de ganas de firmar el pacto “de izquierdas” (mucho más, sin duda, que su electorado potencial). Y además, aunque parezca mentira, capítulos como el fracaso de la funeraria municipal que Ada Colau pretendía impulsar también apuntan a la entente entre ERC, PSC y Barcelona en Comú (BeC). Me explico.
Esta semana, 25 de los 41 regidores del pleno han dado carpetazo a un proyecto de funeraria que no tenía una mínima consistencia. PDeCAT, Ciutadans, PSC y PP han votado en contra de la creación de esa idea de empresa pública. ERC, que había sido el partido que más obstáculos había puesto durante el mandato a la funeraria, se ha acabado absteniendo. Colau solo ha obtenido los votos favorables al pack, por parte de la CUP y de algún concejal no adscrito.
La ERC de Maragall en Barcelona se mueve claramente hacia la entente con Colau. Lo vimos con el cambio de posicionamiento respecto al tranvía, y ahora se han cortado un poco más (del ‘no’ más rotundo a la abstención) con el frente funeraria. Mensaje emitido a quien quiera entender, pero sin proyectar que se entregan del todo. Y el PSC está en esas, en “hacerse valer”. Primero votaron a favor del proyecto Colau de funeraria municipal en comisión, y finalmente en contra por una cuestión sin transcendencia de un voto en el Consejo de Administración de Barcelona Serveis Funeraris. Marcar perfil, vamos. Pero las ganas de votar juntos ahí están. Atentos a sus pantallas.