La economía digital y del conocimiento es una economía impulsada por la innovación. El economista Robert Solow ganó el Premio Nobel en 1987 por demostrar que el 80% de todo el crecimiento económico proviene del desarrollo y del uso de la tecnología. Ya en los 20 años comprendidos entre 1980 y 2000, todo el crecimiento neto del empleo estadounidense provino de empresas con menos de cinco años de vida. El investigador del Massachusetts Institute of Technology, David Birch denomina como "gacelas" a las relativamente pequeñas nuevas empresas, ágiles, agresivas y con grandes ambiciones, que soportan el crecimiento económico sobre el cual se alimenta el resto de la economía.
Una comunidad inteligente es capaz de constituir un ecosistema adecuado para alojar empresas gacela, startups. Este ecosistema debería tener las siguientes características:
- Un marco fiscal adecuado, una startup no puede tener el mismo tratamiento fiscal que una empresa consolidada. Esto es especialmente importante a la hora de la valoración de la empresa cara a la captación de capital.
- Un marco laboral adecuado, especialmente flexible y que no penalice la movilidad, como los basados en altas indemnizaciones por despido.
- Un triángulo de Innovación o "Triple Hélice". La innovación se consigue a través de una relación entre empresas, gobiernos o administraciones e instituciones educativas y de investigación, tales como universidades y hospitales.
- Acceso a financiación. Las “gacelas” necesitan fondos de forma rápida y constante para alimentar su crecimiento, a diferencia de las empresas tradicionales no pueden crecer con el flujo de caja que generan.
- Proteger la propiedad intelectual. Facilitar la obtención y tramitación de patentes. Una sociedad tolerante con el plagio no es buena para innovar en ella. Hay que proteger y premiar el esfuerzo creativo.
- Tiene que estar bien comunicada, física, pero especialmente digitalmente, para acceder a los mercados mundiales y también al talento global.
Menos en el último aspecto, en el que creo que aprobamos, en el resto, Barcelona, Catalunña y toda España tienen mucho que mejorar.
Pero la innovación no solo es necesaria para las nuevas empresas, también afecta a las tradicionales. La obsolescencia técnica o económica de productos, servicios y procedimientos llega de forma repentina y con ciclos de vida cada vez más cortos. La innovación, es decir, la búsqueda de productos y servicios más eficientes y sostenibles es imprescindible para todos. Disponer de un ecosistema y una cultura de innovación es simplemente vital. Y aquí no tenemos esta cultura.
Los gobiernos locales inteligentes, ayudan y mucho a construir y mantener un ecosistema innovador, con acciones como:
- Creando y promocionado una cultura de innovación en la comunidad.
- Reduciendo la carga burocrática, simplificando los trámites.
- Las inversiones en tecnología innovadora por parte del gobierno local contribuyen a esa cultura y mejoran el servicio a los ciudadanos al tiempo que reducen los costos operativos. Deben desplegar soluciones de gobierno electrónico (e-government). El gobierno electrónico tiene un impacto a nivel local que es a la vez sutil y complejo. El dinero que se gasta localmente en productos, servicios y soporte de las tecnologías de la información aumenta la demanda local de los mismos. El gobierno electrónico efectivo también señala a las empresas y a los ciudadanos que la comunidad es un buen destino para la "digitalización". Eleva la "conciencia digital". El gobierno electrónico correctamente ejecutado puede hacer mucho más que ahorrar dinero y mejorar la prestación de servicios. Se convierte en una herramienta robusta de desarrollo económico.
Aquí tenemos que transformar mucho digitalmente nuestra administración a todos los niveles, local, autonómico y central. Por ejemplo, las bases de datos de los diferentes organismos no están sincronizadas, es más, tengo entendido que esta está prohibida en muchos convenios colectivos, protegiendo la ineficiencia y perjudicando a los ciudadanos.
En la economía digital y del conocimiento la clave del éxito esta en las personas no en el producto. Hay que tratarlas bien para que elijan vivir en una comunidad concreta y no la abandonen.
Si no se retienen y atraen empresas, no hay ciudadanos ni ciudad. Ver la debacle de Detroit. Ambos pagan impuestos a la hacienda local. Si no hay ingresos no hay comunidad que pueda prosperar.
Si un país, un estado, una provincia, un ayuntamiento, hace que sea difícil iniciar, mantener o hacer crecer un negocio, como lo hacen muchos de ellos, las empresas se asentarán en otro. Los últimos cuatro años hemos soportado un equipo de gobierno en el ayuntamiento que solo pone pegas al desarrollo económico de la ciudad, en perjuicio primero y principalmente de sus ciudadanos más desfavorecidos. No entiendo como no se dan cuenta que quienes más sufren esta política son los más débiles, aquellos a los que dicen pretender proteger.
En Barcelona creamos talento, atraemos temporalmente talento, pero sobre todo no lo sabemos mantener, porque no sirve solo el clima, la cultura o la comida de calidad. Hacen falta verdaderas oportunidades de desarrollo profesional a largo plazo.