El ecosistema deportivo de Barcelona ha sufrido un fuerte impacto provocado por la crisis sanitaria del Covid-19, así como por el consecuente efecto social y económico que ha afectado a nivel individual a deportistas, clubes, entidades, instalaciones y empresas destinadas a la práctica del deporte.
El estado de alarma y la parada deportiva derivada del mismo, con el cierre de instalaciones, la prohibición de hacer deporte en el espacio público, la anulación y aplazamiento de competiciones deportivas y eventos, ha supuesto un golpe letal para el sector.
A pesar de la fortaleza y resiliencia demostrada por el sector, adaptando las actividades, competiciones y eventos a las diferentes directrices y medidas sanitarias, las continuas interrupciones han provocado significativas pérdidas y bajas de participación.
Por citar algunos de los efectos, en Barcelona 50.000 de los 200.000 abonados y abonadas en los centros deportivos municipales se han dado de baja; o lo que es lo mismo, 1 de cada 4 usuarios o usuarias. Además, 7 de cada 10 entidades deportivas afirman que han visto reducirse su número de participantes.
El Ayuntamiento de Barcelona fue la primera administración pública en reaccionar y designar ayudas directas al sector adoptando un conjunto de medidas de choque. Unas medidas que permitieron poder asumir el primer golpe con la esperanza de recuperarse en el momento en que todo el mundo esperaba que con la "nueva normalidad" sería posible gradualmente poder volver a hacer deporte.
Incomprensiblemente, en julio, nos encontramos con nuevos paros y reducciones de actividad deportiva que, de nuevo, las hemos vuelto a sufrir este mes de noviembre.
Desde el gobierno municipal, y con la voluntad de paliar los efectos de la crisis derivada de la pandemia, se puso en marcha un Plan de Recuperación de la Economía de la ciudad. Un plan en el que el deporte es uno de los sectores estratégicos incorporados.
Entre otras medidas, se incluyeron algunas urgentes como la convocatoria de una subvención extraordinaria de tres millones de euros destinada a los clubes y entidades deportivas de la ciudad. Y otras, a corto, medio y largo plazo, que pretenden contrarrestar el impacto inicial, y estableciendo en paralelo mecanismos para la reactivación de la dinámica social y económica del deporte de Barcelona. Un conjunto de iniciativas que configuran el Plan de Salvaguarda y de Recuperación del Deporte de Barcelona.
Ahora más que nunca pido que el deporte sea considerado un servicio esencial. Ahora es clave demostrar la fortaleza del sector, estar más unidos y fuertes que nunca. Las consecuencias de una nueva suspensión serían ya ahora irreversibles. Ahora es el momento de hacer equipo con el deporte.