Barcelona es la ciudad de las desgracias, según las últimas estadísticas. Indican que la obcecación de Ada Colau en hundir la ciudad se agrava y no se refrena. De momento, ha conseguido que Barcelona sea la ciudad que tiene la vivienda más cara de España y que sus habitantes destinen casi la mitad de su renta a pagar la casa. En tan sólo cuatro años, ha multiplicado la pobreza en un 32% y acumula 300.000 pobres más. Y la exclusión social en Barcelona es tres puntos superior a la de Cataluña y casi nueve a la del conjunto de España, según los estudios de Cáritas, entidad cristiana que la alcaldesa irreligiosa desprecia.

En el fondo de estos datos y los que vienen a continuación, late la bajeza ética y moral de Colau y su camada de vividores y saqueadores del erario público. Así por ejemplo, el Síndic de Barcelona acumula seiscientas quejas contra la Zona de Bajas Emisiones que han tumbado los tribunales. Entre ellas, la multa a una familia de Benidorm que vino a la ciudad para tratar a su niño enfermo de cáncer. Luego pasa que Barcelona tiene un “problema reputacional”, según el comisionado de Promoción de Ciudad de Barcelona quien, para salvar cargo y sueldo, lo atribuye al proceso independentista, como si Colau no tuviese la culpa de nada, como siempre. Y ocultando a “esa izquierda supuestamente guay, pero desprovista de fondo, que ha reído las gracias del procesismo, y no miro a nadie, Asens y compañía”, que retrata Luis Soravilla.

La baja estofa de la comunada la demuestra el dineral malgastado en contratar a una influencer y a un especialista en marketing para lavar la imagen de Janet Sanz y Eloi Badia, la pareja de ediles más inepta y funesta que ha pisado el Ayuntamiento. Para esta misión imposible se llenarán los bolsillos la influencer Lorena Yera, alias Skumeta, simpatizante de Podemos, y el gurú digital Jordi Cirach. Ambos cuestan un riñón al contribuyente, cuando hay una influencer de L’Hospitalet que asesora gratis a Colau sobre sus desaguisados en Barcelona. Es la popular Marta Escalante, autora del bloc Mar Salada y también conocida como Holacuore. Especialista en moda, viajes y con un novio modelo de pasarela, no cesa de dar caña crítica a Colau, que detesta todo lo que Marta es y representa.

Sobrada de vanidad y egolatría, intenta que sus tropelías perduren más que ella cuando salte de la alcaldía y sea menos de lo que cree ser, (tan irrelevante, que nadie espía su teléfono). Así que ha regalado cinco millones de euros a los llamados espacios feministas de su Sección Femenina y a sus amistades lgtbi. El despilfarro durará tres años y será un lastre para el próximo consistorio. Pero como responsable de TMB, Colau no ha donado abonos o pases gratis de transporte público a los refugiados ucranianos, a pesar de que, tan acogedora como presume ser, les prometió miles de billetes. Soravilla ha comentado y razonado las veces que se ha comparado el hundimiento de Barcelona con el del Titánic y ha señalado sus causas. En vano, porque los náufragos perdonan antes al capitán del barco hundido que al pasajero inteligente que predice su deriva rumbo al iceberg.