El dicho popular la 13-14 o hacerle a alguien la 13-14 tiene su origen en los talleres mecánicos como una suerte de broma o novatada que gastaban los mecánicos veteranos a los noveles. La numeración de las llaves seguía una numeración par como por ejemplo la 2-4 o la 10-12 por eso cuando al aprendiz le pedían la 13-14, los más jóvenes del taller se convertían en el epicentro de las bromas de sus compañeros.

En el imaginario de nuestra sociedad ha perdurado la expresión 13-14 como hacerle una faena o una mala jugada a alguien. En nuestra ciudad, el Ayuntamiento de Barcelona anda haciéndole al RCDE Espanyol la 13-14 desde hace mucho tiempo.

Por un lado, el Ayuntamiento de Barcelona, a propuesta del grupo municipal de Ciutadans, aprobó conceder la medalla al mérito deportivo a uno de los jugadores de fútbol más legendarios de nuestra ciudad: Ricardo Zamora. El Divino, que jugó en los dos grandes equipos de la ciudad, es un gran referente de la afición perica, una figurada venerada y un símbolo para el conjunto de sus aficionados. A pesar de la simbología de su figura, y del acuerdo alcanzado hace más de un año, todavía no hay fecha para la entrega de tan merecidísimo reconocimiento.

Por otro lado, esa más que evidente 13-14 al club, como institución, y a sus aficionados se acrecienta con la diferencia de trato que se refleja de forma notoria en las condiciones y las facilidades dadas por el consistorio barcelonés al otro equipo de la ciudad en la cesión del Estadi de Montjuïc.

Cuando se trasladaba el conjunto de Sarrià a un estadio moderno, nuevo, y que además seguía la línea de las grandes ciudades europeas de trasladar a sus áreas metropolitanas (a la Gran Barcelona) los grandes recintos deportivos, el conjunto perico tuvo que jugar, como recordarán, en el Estadi Olímpic varias temporadas.

Más allá de las condiciones económicas de la cesión de la instalación (propiedad municipal) al RCDE requirió, pidió y hasta rogó que se pudieran instalar gradas adicionales a lo largo del anillo, sobre las pistas del tartán para no jugar en desventaja y aprovechar el efecto de la presión de su afición respecto a los conjuntos rivales, eso que Jorge Valdano bautizó como “miedo escénico”, pero esa solicitud tan simple fue denegada una y otra vez por los diferentes gobiernos de la ciudad.

Años después la historia vuelve a repetirse pero ahora el nuevo inquilino del Estadi Olímpic será el FC Barcelona, quienes tendrán que jugar allí mientras reforma del Camp Nou. El escenario será el mismo pero las condiciones serán distintas. Mientras al RCDE se le negó siempre cualquier posibilidad de adaptar el Estadi a su necesidades, el Barça tendrá un trato preferencial y se le permitirá hacer todo aquello que le negaron a los aficionados pericos. Pasan los años y mientras a unos les intentan cortar las alas, a otros se les pone la alfombra roja y es que, desgraciadamente para los aficionados del RCDE, el Ayuntamiento de Barcelona siempre les acaba haciendo la 13-14.