Ya está claro. Barcelona no tiene alcaldesa, aunque si me apuran añadiría ¿para qué la necesitamos? La pasada semana conocimos que la multinacional Cisco Systems instalará en la ciudad un centro de diseño de microchips, o como se puede leer en su página web construir un puente entre lo deseado y lo posible. La noticia, la buena noticia, la conocimos tras la reunión del consejero delegado de la multinacional y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en La Moncloa porque el PERTECHIP, con más de 12 mil millones de presupuesto, es lo que hace posible que llegue Cisco Systems y que en breve lo haga Intel en alianza con Barcelona Supercomputing Centre.
En la foto de Moncloa, la vicepresidenta Nadia Calviño. En la trastienda de todo el proyecto la Generalitat de Catalunya y el teniente de alcalde Jaume Collboni. La alcaldesa Colau ni está ni se le espera. Tampoco doña Ada Colau tuvo el más mínimo interés en la crisis de Nissan, no se interesó por el futuro de la compañía y no movió un dedo para conseguir la fábrica de baterías de Seat en la Zona Franca. Eso sí, ha levantado la bandera del decrecimiento. Pone trabas a la movilidad poniéndoselo difícil a los trabajadores que cada día tienen que superar el calvario de entrar a trabajar en Barcelona, y luego salir evidentemente. No se preocupa en construir más vivienda social para que estos trabajadores puedan reducir sus desplazamientos, alcanzando el récord de mala gestión de vivienda. No supera ni siquiera a Xavier Trias, y menos a Maragall, Clos o Jordi Hereu. Cuestiona el sector turístico intentando restringir los cruceros, presiona a los inversores e incluso a la modesta restauración y cierra grandes vías los fines de semana poniendo en tela de juicio la continuidad de muchos negocios.
Ni se molesta en convertir Barcelona en la capital de las nuevas tecnologías que, en teoría, serían concordantes con su discurso. Cisco Systems es líder en microchips para coches eléctricos, para edificios inteligentes y líder en toda la tecnología inteligente para favorecer la transformación digital. O sea, vuelvo a la página web de la compañía, para “hacer un planeta más fuerte”. ¡Pues ni por esas!
Nuestra alcaldesa no es ni convidado de piedra en la construcción de la nueva Barcelona. Esa que está pero no pinta nada. Colau ni siquiera está. Lo delega todo en Jaume Collboni que se ha convertido en el único interlocutor con el mundo empresarial que para Colau siguen siendo señores con chistera que fuman en puro y que solo tienen interés en explotar a los trabajadores. El problema que tiene Colau es que no sabe qué es ser trabajadora, porque se ha pasado la vida de activista trabajando en sus chiringuitos y una vez ha llegado al poder los ha regado con dinero público para seguir fabricando activistas. Nuestra alcaldesa no sabe lo que es levantar una persiana cada día, buscar financiación, pagar una nómina, y mucho menos sabe lo que es trabajar en una empresa cumpliendo objetivos, horarios y lograr unas condiciones laborales dignas. Esto último lo hacen los delegados sindicales, los sindicatos, que nuestra alcaldesa conoce de oídas.
Cisco Systems se instalará en Barcelona consolidando la ciudad como capital tecnológica de España. La pandemia y la deslocalización de empresas nos ha enseñado que España, Europa, no lo hacía bien. Que los microchips no pueden depender de China porque ya hemos visto que el gigante asiático los utiliza para sus intereses geopolíticos. Europa ha puesto un objetivo, como recordaba Jaume Collboni, de fabricar un 20% de la producción mundial en Europa. Barcelona ha puesto su granito de arena de la mano del Gobierno, el apoyo de la Generalitat, y con el líder del PSC metido en faena. Todo sin alcaldesa. ¿De verdad, que nos sirve para algo? Cisco está en Barcelona, a pesar de Colau.