Harari y Bregman: "El peor slogan de la izquierda es el decrecimiento"
El patio del CCCB se llena para escuchar un debate entre los pensadores Yuval Harari y Rutger Bregman, que defienden la capacidad de reacción para revertir el cambio climático
11 octubre, 2022 20:53Noticias relacionadas
Mejores maneras para conseguir nuestros deseos, sin tanta huella ecológica, hacer cosas, no dejarlas de hacer. “Nadie ha dicho a la gente que deje de escuchar música porque contamina, sino que se ha hallado mecanismos como la música digital”. “Vota, que te daremos, menos. Creo sinceramente que el peor slogan de la izquierda es el decrecimiento”. Son comentarios de grandes pensadores, los que afrontan el futuro. El primero es de Yuval Harari, al autor de Sapiens, uno de los libros más leídos del mundo en los últimos años. El segundo es de Rutger Bregman, el autor de History of progress, un pensador, holandés, considerado como un buenista, que cree en la bondad del ser humano. Un mensaje claro a los que apuestan por el decrecimiento, entre ellos los comunes de Ada Colau.
Harari y Bregman llenaron este martes el patio interior del CCCB, en una muestra del hambre y la pasión que despierta el pensamiento, el deseo de entender cómo se puede afrontar el futuro, más imprevisible que nunca. En el marco de la Bienal de Pensamiento 2022, que el Ayuntamiento de Barcelona ha impulsado, la reflexión sobre el decrecimiento surgió en pleno debate entre los dos pensadores, conducido por la escritora y periodista Llucia Ramis.
Harari se mostró más prudente, al señalar que el decrecimiento puede ser un motivo de debate más o menos serio en el contexto de los países occidentales. Pero en el mundo “hay un déficit de cosas materiales, desde un váter a agua corriente, y es difícil de asumir esa idea de decrecer. Lo que hay que señalar es cómo se puede crecer desde otros ámbitos, como el espiritual o intelectual. Y, en todo caso, hay que poder crecer de forma sostenible. ¿Cómo crecer con menos huella ecológica? En eso hay que trabajar, y, de hecho, se ha conseguido en ámbitos como la música digital, por ejemplo. A nadie le hemos dicho que deje de escuchar música, porque dejaba mucha huella ecológica”, señaló Harari.
CAPACIDAD DE REACCIÓN
El toma y daca, que se produjo durante todo el debate, lo retomó Bregman con esa idea. El autor holandés, al que se le ha tildado de buenista, porque cree que el ser humano es el único que tiene capacidad de resolver conflictos cuando físicamente tiene delante a su interlocutor –la capacidad de los ojos, que miran y se mueven, como explicó en la conversación—fue contundente. “Sinceramente, creo que el pero slogan de la izquierda es el decrecimiento, porque es decirle a la gente: vota, que te daremos menos. Y es cierto que hay que cambiar cosas, pero es mejor una reflexión sobre lo que aporta cada uno y cómo puede mejorar”.
El debate pudo resultar un jarro de agua fría para los defensores del decrecimiento, una apuesta particular de la candidata de los comunes, Ada Colau, y que recoge como referencia al economista francés Serge Latouche. El gran reto, en cambio, a juicio de Harari y Bregman, es luchar de verdad contra el cambio climático. Y renunciar a una especie de resignación, según la cual ya no podemos hacer nada. “No es cierto. Tenemos capacidad de reacción, la cuestión es revertir ya la situación. Se puede combatir ese cambio climático si se dedica el 2% del PIB mundial, para hacer del mundo un lugar sostenible”.
VIGILANCIA EXTREMA
El debate también derivó sobre la vigilancia a la que los gobiernos someten a sus ciudadanos. La escritora Llucia Ramis mencionó la cierta “normalidad” con la que las poblaciones “asumen” esa vigilancia. Harari expresó que, precisamente, ese es un gran peligro, y que “las sociedades no se dan cuenta de hasta qué punto se puede acabar con la privacidad. Es una cuestión que se debe tomar en serio. Atentar contra la privacidad siempre se ha hecho, pero ahora se dispone de la tecnología para que sea muy invasiva”.
Los asistentes vibraron con el intercambio de ideas. Harari desde una pantalla, por videoconferencia, mientras que Bregman acompañaba a Ramis en una especie de plató.
En la misma Bienal de pensamiento participó, posteriormente, la Nobel de Literatura, Svetlana Aleksiévich, la autora, entre otras muchas obras, de Homo Sovieticus, donde toma nota de decenas de soviéticos que expresan sus vivencias justo con la caída de la Unión Soviética. Aleksiévich participó junto a Silvia Fehrmann y Jorge Ferrer.