Guste o no, Barcelona es una ciudad insegura, y Ada Colau ha contribuido de forma clara a convertir Barcelona en un terreno en el que los delincuentes y los incívicos campan a sus anchas. Con Colau de alcaldesa, la inseguridad se ha perpetuado como el principal problema de los barceloneses. Y no lo digo yo, lo dicen los datos del propio Ayuntamiento.
Los indicadores del Barómetro municipal no engañan y desde que Colau es alcaldesa, la inseguridad que perciben los ciudadanos ha ido a más. En 2016, un año después de que la líder de los comunes llegase al Ayuntamiento, los delitos preocupaban al 5,1% de los barceloneses. En diciembre de 2019, alcanzó el 29,1%, la cifra más alta de los últimos años, y ahora es el 24,8% de la ciudadanía la que cree que la inseguridad es el principal lastre de Barcelona.
Miren, se lo diré claro. Colau, con la complicidad de su socio de gobierno el PSC, ha convertido Barcelona en la ciudad del millón de delitos. Desde 2015 hasta septiembre de 2022, en Barcelona han habido 1,2 millones de infracciones penales, según datos del Ministerio del Interior. Es una auténtica barbaridad. Y eso que el recuento sólo incluye las denuncias policiales. La cifra de delitos invisibles es claramente superior a los 1,2 millones. Piensen que más del 80% de los delitos no se denuncian, según la encuesta de victimización municipal. ¿Han llegado a pensar lo que eso significa? ¿Cuántas personas han sido víctimas realmente de un robo con violencia, un hurto o una agresión sexual? Y de la imagen que se da de Barcelona, ¿qué me dicen?
En Barcelona, los agresores sexuales parecen tener barra libre, y la ley del ‘sólo sí es sí’ ha comportado la excarcelación de violadores antes de que acabaran sus condenas. Es una ley hecha por ignorantes. Desde 2016, unas 5.300 personas han sufrido algún delito contra la libertad e indemnidad sexual en Barcelona. 5.300, lo repito. Y lejos de disminuir, este delito va a más. En 2021, creció un 41,5%, y en 2022, un 20,2%, respectivamente. Los puntos lila que ha puesto Colau no sirven de nada, al igual que crear un centro de nuevas masculinidades por valor de 1,2 millones de euros o el urbanismo de género. Son tres tonterías. La mejor solución para combatir las agresiones sexuales y violadores es con más policía y condenas ejemplares.
¿Saben cuántos robos con violencia e intimidación se han cometido en Barcelona en ocho años? Pues más de 86.000. Imagínense, cada día cerca de 30 personas han vivido en sus carnes un robo violento en la ciudad, un delito que puede producir lesiones en las víctimas y que produce mucha inseguridad al conjunto de los ciudadanos.
Aunque Colau lo quiere maquillar, los datos son los que son y Barcelona tiene un preocupante problema de seguridad. 1,2 millones de delitos en ocho años en una ciudad de 1,6 millones de habitantes. Son datos que, creo, hablan por sí solos.
Desde Valents nos comprometemos a darle la vuelta a esta situación. Y, ¿cómo lo haremos? Pues con una política de tolerancia 0 con los delincuentes, devolviendo el apoyo político a la Guardia Urbana y poniéndola a trabajar por la seguridad de los barceloneses, exigiendo a la Generalitat la máxima colaboración con los Mossos y con directrices claras de jueces y fiscales a la policía.
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Eva Parera es concejal y candidata a la alcaldía de Barcelona por Valents