No hay duda de que Xavier García Albiol está dispuesto a poner a Badalona en el mapa. La tercera ciudad catalana, en pugna constante con Terrassa por estar en el podio, lo está demasiadas veces por tiroteos, robos, okupaciones, violaciones, contaminación y todo tipo de incidentes. Por eso, el alcalde ha decidido subir el presupuesto de seguridad en un 83%. Seguro que se lo afearan los happy flowers, pero la mayoría de los badalonins aplaudirán a rabiar. Eso sí, en las próximas oposiciones para entrar en el cuerpo de policía municipal sería conveniente que las respuestas no estén incluidas en las preguntas. 

El alcalde desde que fue elegido se ha puesto el traje de faena y ha querido dar el campanazo en estas fiestas navideñas con el árbol de navidad más alto de toda España. Y vaya si lo ha conseguido. Badalona, quién lo iba a decir, se ha colado como el tercer destino turístico en estas navidades, según portales especializados. El árbol más alto ha llevado a la ciudad a lo más alto. Sugiero que en esta competición también se apueste por el alcalde más alto, donde García Albiol es imbatible, sin ningún género de dudas.

Bromas aparte hay que reconocerle el trabajo. El alcalde popular se ha borrado de la ecuación política y apenas es noticia por la bronca polémica de la amnistía. Apenas se ha dejado ver y no ha sido protagonista, excepto por su presencia en la manifestación convocada por el Partido Popular en Sevilla, que le pilló de viaje institucional. Albiol sabe que le votaron miles de ciudadanos que hoy apuestan por la amnistía, pero que el pasado 28 de mayo apostaron por su “Badalonisme”. 

García Albiol sabe que su fuerte no es la política catalana porque lo sufrió en carne propia cuando liderando el PP se quedó con cuatro escaños en el Parlament. Su terreno de juego es la política local, y quizás la política española algún día, y siguiendo su instinto se ha volcado en la política de su ciudad, no exenta de conflictos violentos casi a diario. Su apuesta por la seguridad no sorprende a nadie, como tampoco lo ha sido su apuesta por la limpieza y por seguir creando espacios de calidad. 

Badalona no es una ciudad fácil. Es compleja, más bien difícil, y ante la dificultad, Albiol se crece y hace un esfuerzo presupuestario e inversor en tres grandes materias: seguridad, vía pública y servicios sociales, que incluye mayor plantilla de la policía municipal. Badalona tiene ya el árbol de Navidad más alto de España, pero sigue estando en el furgón de cola de las grandes ciudades. Por delante, una tarea titánica porque la ciudad lleva años al ralentí y ahora toca acelerar. De momento, Albiol ha retado al alcalde de Vigo, Abel Caballero, que ha puesto a la capital gallega en el mapa mundial navideño. Sería cuestión de seguir la estela del gallego que lleva 17 años al frente del consistorio y le ha dado la vuelta como a un calcetín. Una ciudad oscura, triste, insegura y deteriorada ha dado paso a una ciudad abierta al mar, al turismo y a la nueva economía, más limpia, luminosa y cosmopolita. 

Este debe ser el objetivo, pero tiempo al tiempo. Lleva apenas unos meses y hasta ahora ya ha marcado su impronta. De momento, la suerte también tiene color betulense. El CF Badalona Futur ha ganado la Copa Federación y la Penya ha metido un triple sobre la bocina. En esto parece que Albiol tiene experiencia. Veremos si le sirve para la gestión, y construcción, de la nueva Badalona.