El Departament d’Anàlisi de Dades de la Oficina Municipal del Ayuntamiento de Barcelona ha publicado 'El Producte Interior Brut de Barcelona 2023' hace pocos días. El informe contiene algunos datos interesantes.

El PIB de la ciudad de Barcelona superó en 2023, por primera vez en la historia, los 100.000 millones de euros. Más concretamente, llegó a los 103.589 millones y pico. Esa cifra equivale a más del 35% del PIB de Catalunya, algo más de 292.000 millones. También equivale al 7,3% de la economía española en 2023.

Quizá la cifra sorprenda a más de uno, pero sirve para poner negro sobre blanco el peso de Barcelona en la economía catalana y española. También será interesante descubrir quién genera la riqueza barcelonesa. Veámoslo. Más del 90% del valor añadido bruto (VAB) procede de los servicios; el 5,7%, de la industria; el 3,5%, de la construcción; el resto, alrededor del 0,1%, de la agricultura y ganadería. Si vamos al detalle, destacan tres grupos de actividades que generan ellas solas más del 15% del VAB: comercio, transporte y hostelería (23,6%); administración pública, educación, sanidad y servicios sociales (18,1%); y las actividades profesionales (15,2%). Más al detalle todavía, descubrimos que hoteles, bares y restaurantes suman el 5,9% del VAB.

Barcelona supone el 42,3% del VAB catalán en el sector servicios, el 26,8% del sector de la construcción y el 10,9% del sector industrial. Por subsectores, la ciudad genera más del doble de VAB que todo el resto de Catalunya en información y comunicaciones, o más de vez y media en publicidad, actividades profesionales y técnicas, actividades financieras y de seguros, actividades artísticas, recreativas y de ocio, actividades jurídicas, contables, de consultoría y servicios o investigación y desarrollo. Para los curiosos, el VAB de la hostelería de Barcelona equivale a 1,2 veces el VAB de la hostelería del resto de Catalunya. 

De media, los salarios son un 15% más altos en Barcelona que en el resto de Catalunya, pero el coste de la vida también es más alto. Es la ciudad donde vivir resulta más caro de toda España. El salario de referencia de Barcelona, el que se necesita para vivir dignamente, se estima en más de 1.500 euros por persona al mes, o más de 2.000 si uno vive solo. Aunque la media salarial sea la más alta de Catalunya, no es lo mismo la media que la mediana. Prácticamente la mitad de los barceloneses no alcanza a cobrar esos salarios de referencia. 

El caso es que estas cifras son del municipio de Barcelona, donde viven 1.600.000 personas, el 20% de la población de Catalunya. Si ampliásemos nuestra visión y considerásemos el área o la región metropolitana, donde viven cinco millones y medio de personas, descubriríamos que produce el 80% del PIB catalán. En términos de geografía económica, Catalunya es Barcelona y alrededores. Catalunya es grande, pero no tanto como para albergar otra metrópolis. En España solo caben dos metrópolis, la de Madrid, con siete millones de habitantes, y la de Barcelona, con cinco millones y medio.

Ante esta realidad, obvia ante una fotografía aérea o el análisis de los datos económicos, sólo cabe una opción: crear un espacio metropolitano. Yo propondría fusionar dos docenas de municipios en una Gran Barcelona, pero existen otras fórmulas. Lo que no puede ser es que no exista una planificación urbanística única, o la unión de los servicios municipales y supramunicipales, entre otras muchas cosas. Estamos muy lejos de una organización metropolitana satisfactoria y lo más sangrante de todo es que esa idea cuenta con la oposición frontal de la Generalitat, porque siempre ha sentido urticaria ante la idea de una metrópolis de Barcelona.

Esta, la Generalitat de Catalunya, gasta o invierte alrededor de 6.000 euros por habitante y año. Pero en Barcelona y su área metropolitana, solo entre 3.600 y 4.200 euros, según el ejercicio fiscal. Aunque el Ayuntamiento gasta o invierte unos 2.300 euros por habitante y año, la media del conjunto de los municipios del Área Metropolitana de Barcelona apenas alcanzan los 1.500 euros por habitante y año. Hagan cuentas.

Por cierto: este domingo, un diputado de Barcelona habrá tenido que obtener un 60% más de votos que un diputado de Girona o Tarragona o un 120% más que uno de Lleida para ser elegido. En 42 años, no hemos sabido ni querido escribir y aprobar una Ley Electoral.