Pocos son los que conocen lo que es Rotary, pero esta organización ha contribuido a grandes logros sociales en todo el mundo. Uno de los más importantes ha sido la erradicación de la polio. Y sin ir más lejos, en nuestro país y más concretamente en Barcelona, independientemente de infinidad de proyectos de obra social que realiza y que ha realizado, existe uno que merece la pena destacar.

Bajo el nombre de ALPAN, se esconde un proyecto solidario no muy conocido por la ciudadanía, que se ha llevado a término gracias a la acción de varios miembros rotarios. El proyecto ALPAN (Comedores  Sociales), consiste en la elaboración, transporte y distribución de comida a diferentes comedores sociales que acogen a personas necesitadas o que están en riesgo de exclusión social, cubriendo unas necesidades básicas con el objetivo de que nadie se quede sin comer.

En la actualidad se están repartiendo diariamente más de 300 menús y diversas materias primas de alimentos que se reparten en seis comedores sociales de la ciudad. Se trata de un equipo de más de 40 voluntarios, y la existencia de varias furgonetas que recogen diariamente diversos menús cocinados y dispensados altruistamente por diferentes hoteles para ser transportados a los comedores. En los pocos más de 10 años de existencia de este proyecto, Rotary ha llegado a proporcionar más de un millón doscientas mil comidas. Un proyecto de solidaridad que merece un reconocimiento, gracias al esfuerzo desinteresado, no sólo de las cadenas hoteleras, sino también de la organización, así como de sus miembros y voluntarios.

De forma paralela, Rotary se ha distinguido por las ayudas que, gracias a sus miembros, se llevan a cabo y se entregan directamente a los clubes rotarios de las comunidades necesitadas, tanto nacionales como internacionales, sin ningún costo. Porque la estructura de Rotary se sostiene sobre el esfuerzo de sus integrantes, quienes se dedican de manera generosa y sin esperar recompensa alguna. En la estructura internacional de la organización no existe remuneración para ninguno de sus miembros.

Numerosas instituciones y organizaciones tendrían que aprender de Rotary, no sólo por sus acciones solidarias en beneficio de la comunidad, sino también porque más de un millón cuatrocientas mil personas alrededor del mundo dedican parte de su tiempo de forma voluntaria y desprendida para ofrecer servicios humanitarios en sus comunidades. Rotary es una organización global al servicio del bien común que constituye un verdadero modelo para muchas entidades gubernamentales y administraciones. Con su lema La magia de Rotary, Stephanie Urchick, presidenta electa de Rotary International, describe lo que podría considerarse la gratificación y la satisfacción que genera a todos sus miembros el poder realizar y finalizar con éxito cada uno de sus proyectos.