Seguro que habrán leído alguna vez que no sé qué investigador ha publicado un artículo en el que se afirma que una copita de vino no es mala, sino todo lo contrario. Resulta que es buena para el cutis, cura el asma, evita que se te caiga el pelo o algo parecido. A poco que uno investiga, descubre que el artículo en cuestión ha sido patrocinado por la Sociedad Alcohólica del general Lasalle o un gremio vitivinícola del Penedés. Lo cierto es que la inmensa mayoría de estudios médicos serios aseguran que el único alcohol bueno es el que no se consume.
En verano se publican muchos estudios de esta calaña, aunque algunos llevan ya publicados unos meses y se guardaban en el cajón esperando la sequía noticiera. La publicación de estos estudios es una variante de la noticia del verano de toda la vida. El caimán del Besòs no ha tenido el éxito que se merecía, tampoco la raya del Fórum, pero una noticia sobre Barcelona, basada en un estudio sobre los comentarios de los usuarios de Tripadvisor, quizá tenga mejor suerte. Un estudio, por cierto, que ya tiene unos meses.
Por si alguien todavía no lo sabe, Tripadvisor es una empresa que publica un sitio web donde los usuarios cuelgan reseñas sobre los viajes que han hecho, recomiendan lugares que visitar o que evitar y discuten en sus foros sobre cualquier trivialidad. Entre los comentarios de los usuarios, destacan aquellos que se quejan de que Roma está toda rota y llena de ruinas, que en la paella no ponen ketchup, que no le dejaban entrar en biquini en la mezquita de Hagia Sophia o cosas por el estilo. Es muy interesante como escaparate de la estulticia humana y da para unas risas. Pero ¡a lo que íbamos!
Según el estudio que digo, basado en los comentarios de los usuarios de Tripadvisor en 2023, Barcelona es el destino turístico más decepcionante de España. Competía contra Madrid, Valencia, Sevilla y Córdoba, pero ha decepcionado más todavía. Ha decepcionado un montón. De hecho, competían en este concurso las 85 ciudades más populares de todo el mundo como destino turístico. Las tres más decepcionantes han sido Bangkok, Antalya (Turquía) y Singapur. Las tres menos decepcionantes, Liverpool, Washington y Nápoles. Barcelona ha quedado en duodécima (12.ª) posición. Madrid ha quedado 37.ª; Valencia, 41.ª; Sevilla y Córdoba, 54.ª y 55.ª, respectivamente.
La atracción turística más decepcionante de todas en Barcelona es, agárrense, el Park Güell. A diez euros la entrada más cinco por echarle un vistazo al museo, más casi una hora de cola, ¿para qué? Quitas las columnas y la lagartija de trencadís y ¿qué queda? ¡Menuda estafa! Pues eso. En cambio, qué curioso, la Sagrada Família, según los usuarios de Tripadvisor, es “el edificio más bonito del mundo”. Así, con un par.
Qué pensaría George Orwell, me pregunto. En su libro ‘Homenaje a Cataluña’ lo dejó muy claro. Dijo que era “[…] un templo moderno y uno de los edificios más espantosos del mundo. Tenía cuatro torres almenadas con forma de botella de vino. […] En mi opinión, los anarquistas demostraron tener muy mal gusto al no volarla por los aires cuando tuvieron la ocasión”. ¿Qué habría exclamado de haber visto la actual versión Disneyland-Las Vegas? En fin, no digo nada más.
Aunque el estudio de Tripadvisor es sumamente idiota, me ha provocado una cierta inquietud. Barcelona se ha desgañitado para convertirse en un parque temático y una ciudad turística y ahora va y decepciona. Nos comemos el marrón de los inconvenientes, pero si los turistas se van decepcionados, ¿qué será de las ventajas del turismo?
Tiemblo al pensar en qué tendríamos que hacer para no decepcionar, pues me niego a vestir de flamenca por la calle. Pero he recordado muchas noticias sobre el incremento de la delincuencia en nuestra ciudad. Dicen los turistas que, si no vigilas, te vuela la cartera, el reloj o la maleta, con o sin navajazo.
Pero también hay que ser muy cuidadoso con las noticias sobre delincuencia, pues la impresión que nos llevamos y la incidencia real no suelen coincidir. En el norte de Europa hay muchos más asesinatos, más violencia de género y más crímenes de todo tipo que en Barcelona y alrededores, por ejemplo, pero también es muy cierto que ciertos delitos menores se han incrementado y causan alarma social. No causa alarma social, sin embargo, habernos convertido en destino preferente de los grandes traficantes de marihuana o cocaína. Preferimos, como en el turismo, que vengan los que tienen el dinero, por si cae alguna propina.