De los Juegos Olímpicos en París a la Copa América de vela en Barcelona, estamos viviendo un momento histórico para el deporte femenino de todo el mundo. Las deportistas se han convertido en grandes referentes para las nuevas generaciones, las instituciones apuestan por las competiciones femeninas, y se ha generado un gran debate sobre las condiciones económicas y laborales de la mujer en el deporte. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí, cuáles son las tendencias actuales y cómo podemos seguir promoviendo el trabajo de las atletas?

Este verano se han celebrado los primeros Juegos Olímpicos con completa paridad de género, con un 50% de mujeres deportistas compitiendo en la capital francesa. Hemos visto con mucha ilusión a Simone Biles conquistar los podios, a Nada Hafez competir embarazada de 7 meses, a Katie Ledecky convertirse en la nadadora olímpica más condecorada del mundo y a Rebeca Andrade hacer historia como la mujer con más medallas olímpicas de Brasil.

Después de las Olimpiadas en París, Barcelona se convierte en la capital del deporte mundial y será sede de otra gran revolución en el deporte femenino. La Copa América (la competición de vela más antigua del mundo) tendrá por primera vez una categoría propia femenina: la Puig Women’s America’s Cup, que se celebrará del 5 al 13 de octubre, y en la que participarán 12 equipos de vela - Nueva Zelanda, Reino Unido, Italia, Suiza, Estados Unidos, Francia, España, Países Bajos, Canadá, Alemania, Suecia y Australia.

Es evidente que el mundo del deporte femenino está experimentando un cambio radical y ha conseguido un reconocimiento sin precedentes. Este alcance es fruto del incansable esfuerzo de mujeres como Serena y Venus Williams, Rebeca Andrade, Gabrielle Thomas o Carolina Marín, que están batiendo récords, dejando atrás los mitos y estigmas e inspirando a las futuras generaciones.

Personalmente, me emociona ver que las atletas se están convirtiendo en nuevas celebridades, en grandes referentes. No son solo tendencia, son una gran inspiración para jóvenes y mayores a nivel global. Y en plena oleada de reconocimiento al deporte femenino, me gustaría compartir una reflexión sobre las diferencias que aún existen en cuanto a la paridad en el deporte y cómo podemos seguir apoyando el deporte femenino para conseguir un cambio real y permanente.

La clave está en seguir apostando por el deporte femenino, especialmente ahora que está en el foco de instituciones y empresas. Hablo desde la experiencia: como fundadora de Juno House, el primer club concebido por y para la mujer en Barcelona, veo todos los días el impacto tan positivo de crear espacios de diálogo y visibilidad para las mujeres en el deporte.

En marzo de 2023, durante el mes de la mujer, tuvimos el privilegio de recibir en el club a mujeres icónicas como Gemma Mengual, Mariona Caldentey, Carlota Planas y Liv Arndt, que compartieron sus experiencias y destacaron la importancia de la educación y la creación de referentes femeninos en el deporte. En junio de 2024, exploramos los desafíos de ser mujer en el mundo del deporte con Caroline Jonet, que nos habló desde su experiencia al frente del equipo Youth & Women’s America’s Cup para Alinghi Red Bull Racing. Y esto son solo algunos ejemplos de grandes nombres y de cómo la colaboración entre mujeres es clave para seguir abriéndonos camino.

Estamos viviendo un cambio cultural muy significativo, con un mayor reconocimiento y oportunidades para las atletas. Es crucial que sigamos creando espacios donde las mujeres deportistas puedan destacar, amplificando su voz no solo como atletas, sino también como líderes, entrenadoras, y modelos a seguir. Solo así garantizaremos que las generaciones futuras crezcan con referentes femeninos sólidos y accesibles, que las inspiren a soñar en grande y a seguir conquistando el mundo.