Mientras todavía se están saboreando las mieles del éxito de la Copa América, las incógnitas sobre el futuro gobierno de la ciudad siguen vigentes. Jordi Valls, teniente de alcalde y concejal de economía, fue el encargado de sacar pecho. Sin estridencias y sin autocomplacencia, porque el regidor es así. Ciertamente un éxito es que Barcelona ha recuperado su conexión con el mar y la exposición universal es más que evidente, amén de un éxito de público en las regatas y en las actividades lúdicas y culturales paralelas junto con un crecimiento exponencial en materia de hostelería y restauración. ¿Un éxito? Sin duda y sin embargo, no nos podemos quedar aquí.
Según el propio concejal 56 millones de dinero público han ido a parar a la Copa América y sería conveniente --necesario y obligado-- explicar en qué se gastó ese dinero y cuál ha sido su retorno. La transparencia es un ejercicio que no puede quedarse en la nebulosa, sobre todo para rebatir -con datos- a quienes dicen verdaderas barbaridades sobre este evento.
Que si nos gastamos este dinero birlado a sanidad o educación, que si Nueva Zelanda está encantada de haberse quitado de encima el evento -lo cierto es que Melbourne fue una ruina-, que si ha sido una demostración elitista o que la ciudad se ha pillado los dedos, económicamente hablando.
Lo mejor para combatir las fake news es poner detalle a todo el proyecto. La sensación es buena pero para que sea mejor el consistorio tiene que entrar en pelos y señales del gasto y de los retornos, evidentemente. También, por el otro lado, los que han sacado por su boca sapos y culebras deberían hacer una reflexión, porque sus movilizaciones en contra han sido un completo fiasco, y el cúmulo de fracasos empieza a rebosar el vaso. Y, por último, el consistorio también debería explicar por qué no se plantea repetir la Copa América. Una cosa es que la empresa promotora tenga sus dudas, pero Barcelona podría optar. ¿Por qué no lo hace?
Y mientras todo esto ocurre y el debate se forja, aunque sea incipiente, llega Xavier Godàs, líder de la facción rovirista de ERC, y dice que no es el momento de entrar en el gobierno de Barcelona porque los ciudadanos les han situado en la oposición. Un análisis que no hizo Godàs cuando en 2011 accedió a la alcaldía de su pueblo, Vilassar de Dalt, a pesar de perder las elecciones. Ah, y por cierto, su partido local estaba asociado a Iniciativa per Catalunya y no a ERC. Entonces no entendió que los ciudadanos le habían situado en la oposición.
Con estas declaraciones de Godàs, un moderno “ara no toca”, pone en evidencia el numerito de los roviristas para que la militancia republicana de Barcelona no pudiera votar su entrada en el Gobierno. El líder de la candidatura que odia por encima de todo a Oriol Junqueras y que lo repite hasta la saciedad ha cambiado radicalmente de opinión. En 2011 no dudó en rodearse de grupos progresistas para acceder a la alcaldía.
Las elecciones las ganó Convergència i Unió. No tuvo ningún reparo. En 2023, las elecciones las ganó la versión guay de CiU, alias Junts per Trias, pero el alcalde es Jaume Collboni. ¿No le parece señor Godàs que el alcalde socialista tiene derecho a rodearse de opciones progresistas para hacer más estable el gobierno municipal?
Y no solo el gobierno del PSC, sino la ciudadanía. Parece que los grupos municipales de ERC y los Comunes lo han entendido y han dado el OK a las ordenanzas fiscales, paso previo para poder aprobar los presupuestos. Sería positivo que éstos dieran un paso más y se consolidara un equipo de gobierno que dicho sea de paso avanza lento pero seguro a pesar de las zancadillas de este último año.
A lo mejor la razón final de Godàs es evitar que Elisenda Alamany, candidata a secretaria general con Oriol Junqueras, tenga más protagonismo desde el gobierno municipal, porque si en la oposición hace frío, más frío hace en la oposición municipal. Parece querer que se hiele, porque la visibilidad fuera del equipo de gobierno es más bien nula.
Haría bien Godàs en explicarse un poco más. A la espera de sus explicaciones que no tuvimos porque nadie le preguntó en la entrevista de TVE en Café d’Idees, seguiremos de cerca el congreso de ERC y los movimientos de republicanos y comunes de cara a los presupuestos de 2025. Y también esperaremos, con ansias, las explicaciones adecuadas sobre la Copa América porque más allá de los líos de los partidos la vida sigue.