La Ordenanza de convivencia del ayuntamiento "no es eficaz para promover el civismo" y castiga "indebidamente" a los colectivos vulnerables, según consideraciones de la Síndica de Greuges, Maria Assumpció Vilà.

Para la Síndica es una buena noticia que el Ayuntamiento barcelonés esté replanteando esta norma y ha llamado a conseguir "máximo consenso" con el resto de grupos políticos para llevar a cabo cambios en la Ordenanza, que tal y como está redactada ahora tipifica muchas infracciones que "tienen como causa la desestructuración o exclusión social y situaciones de necesidad económica", según la Síndica.

Mediante un comunicado, Vilà ha explicado que "desde hace años, el ayuntamiento, lejos de encarar las problemáticas sociales visibles en el espacio público con medidas constructivas, se limita a aplicar penalizaciones, en muchos casos desproporcionadas".

PROPUESTAS DE LA SÍNDICA

La Síndica aboga por sustituir la Ordenanza por un código de buenas prácticas y hacer con él una difusión pedagógica. La propuesta de Vilà comportaría priorizar las medidas educativas por encima de las sancionadoras.

También propone la creación del Observatorio de la convivencia con representación del Consejo de Ciudad.

CASO GRAVE

Según sus datos, la Síndica de Barcelona ha gestionado desde el 2016 y hasta hoy 18 quejas relacionadas con la Ordenanza, y cita un caso grave del año 2012, cuando una persona enferma y en tratamiento de desintoxicación llegó a acumular una deuda de cerca de 7.500 euros por unas 70 sanciones recibidas entre los años 2008 y 2012.

Entre otras sanciones, esta persona fue multada por beber alcohol en la calle, tirar envases y dormir en la vía pública, que finalmente no tuvo que abonar y que fueron sustituidas por sesiones de atención social individualizada.

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