El Día Mundial del Refugiado se celebra cada 20 de junio. Una oportunidad para poner el foco en las 70.000 personas que actualmente han dejado sus hogares por diversos motivos. Es el éxodo humano más grande de la historia, según la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Hace dos años, el Gobierno central, de quien es la competencia de la política de asilo, se comprometió a reasentar y reubicar a un total de 17.337 personas, pero ha cumplido con menos del 8%, según la misma fuente. Ante esta inacción del Ejecutivo y la falta de celeridad en el resto del continente, Barcelona impulsó el plan ‘Ciudad refugio’ al que se adhirieron rápidamente otras ciudades a escala mundial.
Refugiados, un año más esperando / CEAR
El 28 de agosto, la alcaldesa Ada Colau reclamaba en su cuenta personal de Facebook “que los gobiernos dejen de amenazar con el “Efecto llamada”. Lo que necesita Europa, urgentemente, es una “Llamada al afecto”, una llamada a la empatía”. Desde entonces, ha desarrollado un papel a nivel local, estatal y europeo en defensa de las ciudades refugio. Pero, ¿qué es exactamente? Aquí, cinco claves:
UN MODELO PROPIO
Los municipios no tienen competencia en legislación de asilo, pero sí pueden favorecer la acogida y desarrollar campañas de sensibilización. Por ello, Barcelona ha trazado una estrategia de acogida con un modelo propio de atención integral para los refugiados que residen en la ciudad que, por diversos motivos, están excluidos del programa estatal “evitando que esto vaya en detrimento de otros colectivos de la ciudad”, según la web de transparencia.
Una de las vías de cubrir estas deficiencias del programa estatal es a través del programa Nausica, que ofrece un servicio de vivienda temporal y seguimiento social por tal de otorgarles el mayor grado de autonomía de los refugiados. Los últimos datos del consistorio elevan a unas 80 las plazas que acogen refugiados con la previsión de alcanzar el centenar a finales de año. Pero más allá de este programa municipal, la red de atención va desde la preparación y la recepción hasta la acogida y el seguimiento social, sin con ello crear una estructura paralela.
El plan también contempla un escenario de emergencia en el caso de que llegue un contingente superior a 75 personas o en un número inferior a 75 pere en un flujo sostenido. Está inspirado en el modelo del plan básico de emergencia municipal de Barcelona.
SENSIBILIZACIÓN, PARTICIPACIÓN Y EDUCACIÓN
El Ayuntamiento ha impulsado espacios de participación ciudadana bajo l’Acord Ciutadà per a una Barcelona Inclusiva, un ente de cooperación formado por más de 600 entidades, asociaciones y organizaciones. También se ha constituido un grupo operativo formado por diversas entidades como la Favb, el Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya; la Federació Catalana de Voluntariat Social o la red Asil.cat. A su vez, esta última engloba nueve entidades que defienden el asilo de personas en Catalunya. La diferencia con un refugiado es jurídica porque esta última ya ha obtenido protección internacional y un solicitante de asilo la ha pedido pero aún no tiene respuesta. Según datos del consistorio, los socilitantes de asilo más numerosos por nacionalidad proceden de Venezuela (incremento del 156% respecto al año pasado), Ucrania, Honduras y El Salvador.
COORDINACIÓN CON LAS ENTIDADES
El Ministerio de Interior tiene la competencia exclusiva en asilo, pero atiende y financia la atención social a través de tres entidades: Cruz Roja, ACCEM y la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR)- CCAR en Catalunya. Por su parte, el Ayuntamiento traza los preparativos con la colaboración de las entidades y el tejido asociativo de la ciudad. “Todas las tareas se llevan a cabo con su complicidad y su experiencia, desde el diseño hasta la estrategia y el modelo de acogida hasta la organización y gestión del voluntariado”, sostiene el portal del consistorio.
Además de la cooperación con entidades y expertos, también se trabaja a través del Servei d’Atenció a Immigrants, Emigrants i Refugiats (SAIER), un servicio municipal que ayuda y asesora a los refugiados una vez llegan a Barcelona. En 2012, el SAIER atendió a 304 refugiados. Tres años después, a 1.374 personas y hasta mayo de 2017, a 1.917 refugiados.
Discurso de la alcaldesa Ada Colau en la XV Cumbre de Nobeles de la Paz / Youtube-Ajuntament
ACUERDOS SOCIALES
Se han reforzado servicios municipales para atender a las personas refugiadas y acompañarlas en el proceso, desde un punto de vista social como de vivienda (incrementando la bolsa social), salud, empleo o educación. En este último caso, una de las acciones impulsadas se rubricó en noviembre de 2016. Entonces, el consistorio firmó un convenio con la Universitat de Barcelona con el que 15 jóvenes sirios podrán continuar sus estudios en la capital catalana. “A veces victorias que parecen pequeñas acaban significando pasos gigantes, no sólo porque salvan, literalmente, vidas, sino porque además se convierten en ejemplos que ganan terreno a la impotencia y abren paso a la esperanza”, escribía un día después la alcaldesa en Facebook.
INCIDENCIA INTERNACIONAL
El Ayuntamiento ha impulsado acciones de incidencia política y social a nivel internacional. Por ejemplo, el gobierno de Barcelona ha rubricado acuerdos con Atenas, Lesbos y Lampedusa, acuerdos para la reubicación de personas solicitantes de asilo y compartir recursos y buenas prácticas. El 5 de abril de 2016, la alcaldesa Ada Colau visitó Bruselas junto a un grupo de trabajo junto a representantes de Atenas, Berlín, Amsterdam, París y Leipzig para defender la idea de cooperación #CityToCity de ayuda entre ciudades en materia de acogida. En diciembre de ese mismo año, y acompañada de su homóloga en Madrid, Manuela Carmena, celebraron el apoyo del Vaticano a su plan de acogida.
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