Dabiz Muñoz ha vuelto a ser noticia, por enésima vez, al probar el semen de pulpo en Japón. Los cocineros intentan innovar en un campo tan trabajado utilizando alimentos exóticos en lugares remotos. Otros no necesitan irse tan lejos para encontrar el exotismo. Es más, lo pueden encontrar en su misma ciudad, como Ada Parellada, quien cocina productos cultivados en la propia Barcelona.
En una ciudad con tan poco terreno cultivable y en la que los escasos huertos que existen se destinan principalmente a mantener activas a personas mayores antes que a maximizar la producción, disponer de productos de kilómetro 0 recién recogidos resulta muy exótico.
El restaurante Semproniana, que regenta Ada Parellada, cocina desde esta primavera en exclusiva las frutas y verduras cultivadas en el huerto de la Fundación Benellar, en el barrio de Sarrià-Sant Gervasi.
TRABAJO PSICOLÓGICO EN EL HUERTO
Situado en la falda de Collserola, el huerto de la Fundación Benellar es trabajado por personas 'sin papeles' que disponen de esta manera de una ayuda o tutela mientras cumplen los requisitos para conseguir poner en regla su documentación y acceder así al mercado laboral. Este proceso puede durar tres años, tiempo en el cual reciben una formación que les ayudará en el futuro a aumentar sus posibilidades de optar a un empleo.
La Fundación Benallar trabaja con jóvenes menores de 25 años, “personas vulnerables, porque no tienen capacidad de poder trabajar o de entrar en cursos de formación profesional, porque como no existen legalmente, no pueden acceder”, según explica a Metrópoli Abierta Joan Calicó, coordinador de la Fundación.
Calicó explica que trabajar el campo tiene un importante peso “psicológico y emocional” para estos jóvenes, algunos de los cuales “desde que salieron de su casa hasta que llegaron hasta aquí han pasado muchas aventuras y están muy chafados. El trabajo en el huerto ayuda mucho a recolocar los ánimos, a coger confianza”.
HERRAMIENTAS PARA MEJORAR
Además de formarse en el campo, los jóvenes tutelados por la Fundació Benallar también tienen acceso a cursos de hostelería y servicios de limpieza, mediante acuerdos con otras entidades similares. Todo encaminado a dotarles de los instrumentos necesarios para que cuando dispongan de su documentación tengan las mayores opciones para acceder a un trabajo.
Muchas de estas personas llegan a Barcelona sin conocer el idioma y las costumbres locales, por lo que su integración es muy compleja. La Fundación Benallar cuenta con más de 40 voluntarios que trabajan para ayudar a los 15 jóvenes que esperan a disponer de papeles en regla para poder optar a un empleo. Algunos de ellos llevan más de 3 años en España, pero como no hay constancia de ello, no pueden demostrarlo y deben cumplir todo el ciclo hasta optar regularizar su situación.
Mientras se forman, Benallar también les ofrece una vivienda compartida en el barrio del Raval. Primero se hospedan en un piso en el que los voluntarios les ayudan a adaptarse a las costumbres locales, les enseñan a cocinar, a limpiar... Posteriormente pasan por otros dos pisos, en los que aumenta progresivamente su autonomía, hasta que al final disponen de una beca de Cáritas, con la que aprenden a autogestionar el dinero para cubrir sus necesidades básicas. Todo encaminado a dotarles de herramientas para enfrentarse al mercado laboral y al día a día en Barcelona por sí solos.