Aurora Madaula i Giménez (Mollet del Vallès, 39 años) es historiadora y colabora con algunos medios de comunicación. Número nueve en Barcelona por Junts per Catalunya, promovió una candidatura única entre las fuerzas independentistas, como ocurrió en 2015. Su propuesta no prosperó por la negativa de ERC y, ahora, está convencida de que su formación puede ganar las elecciones. Las últimas encuestas reflejan una caída de los republicanos y un notable ascenso de la coalición que lidera el expresidente Carles Puigdemont. “El presidente legítimo de Catalunya”, recalca Aurora.

¿Qué se juega Catalunya en estas elecciones?

Catalunya se juega el 155 o la democracia. Con la aplicación del artículo 155 de la Constitución se están vulnerando muchos derechos, nos han echado de nuestras instituciones y hay una persecución ideológica. Estamos en un estado de excepción que me atrevería a decir que no es democrático. El 155 es un golpe de estado contra las instituciones y contra los derechos de Catalunya.

¿Por qué las fuerzas independentistas se saltaron la legalidad vigente?

Según el consejo de garantías estatutarias, no nos saltamos ninguna ley, aunque yo no era parlamentaria. La candidatura de Junts per Catalunya es especial y participamos personas que normalmente no deberíamos estar en las listas. Estas elecciones son excepcionales. Nadie se ha saltado ninguna ley, pero hay unos juzgados para denunciarlo si así lo hubiéramos hecho.

¿Usted cree que se dan las condiciones necesarias para que Catalunya sea un estado independiente?

La voluntad de los catalanes de ser independientes, que ha podido visualizarse en muchas manifestaciones históricas y multitudinarias, no se puede ignorar. Este conflicto no se resolverá con sentencias judiciales sino políticas, porque nos encontramos ante un problema político, no jurídico. Por mucho que encarcelen a nuestros representantes y nos envíen el Gobierno al exilio, mucha gente seguirá pidiendo la independencia en las calles porque hay un deseo colectivo. El problema catalán, y mucho menos en una democracia, no se soluciona encarcelando a sus líderes políticos.

La sociedad catalana está muy fragmentada y las manifestaciones a favor de la unidad de España también han sido multitudinarias desde el 8 de octubre.

Sí. Está muy bien que el bloque constitucionalista se manifieste masivamente y que, ahora, se exprese libremente en las urnas. Está muy bien defender la unidad de España, pero que vigilen porque a alguna organización se le está infiltrando gente que defiende una España preconstitucional. Hay elementos no democráticos que se están manifestando con ellos. Nosotros no perseguiremos a quienes defiendan postulados españolistas dentro de la democracia en una Catalunya independiente, pero ¡brotes fascistas fuera de nuestras calles e instituciones!

¿Por qué cuesta tanto reformar la Constitución española?

Porque está hecha para que no se pueda reformar.

"La sociedad percibe que nuestras instituciones se han convertido en una sucursal de las instituciones de Madrid"

La transición española, para muchos historiadores, fue modélica.

La Constitución española se hizo en un periodo de violencia política, de violencia en las calles, con un muerto cada tres días. En la segunda mitad de los años 70, España vivía una situación social y política convulsa. La Constitución se hizo bajo la amenaza de un golpe militar. Se hizo desde una situación débil por parte de los demócratas y los franquistas. En 1975 murió el dictador pero no murió el franquismo. La Constitución surgió de un pacto y tiene artículos con tics autoritarios como el 155.

El catalanismo político, sobre todo Convergència i Unió, respaldó la Constitución.

Sí. El catalanismo político fue pactista soberanista, no independentista, hasta 2009. Desde Valentí Almirall hasta Jordi Pujol, era reformista, como bien refleja una tesis doctoral de Vicente Cacho Viu, un historiador madrileño, titulada “El factor modernizador de España del catalanismo político”. En sus inicios, a finales del siglo XIX con la Lliga Regionalista, el catalanismo quiere reformar España para modernizarla y europeizarla. Con la sentencia del Tribunal Constitucional contra el Estatut de Catalunya, el catalanismo político mayoritario deja de ser soberanista pactista y se convierte en independentista. El Estatut, aprobado por el Parlament, regresó recortado de Madrid.

El catalanismo político surgió tras la pérdida de las colonias, a finales del siglo XIX. ¿Cómo ha influido la actual crisis económica en el auge del independentismo?

La crisis económica es un factor, pero no el único. Hay varios motivos que explican el auge del independentismo y uno muy importante es la pérdida de la soberanía que se manifiesta en la sentencia del Tribunal Constitucional contra el Estatut que frenó muchas leyes de progreso social catalanas, como la ley de igualdad, de pobreza energética, etcétera. La sociedad percibe que nuestras instituciones se han convertido en una sucursal de las instituciones de Madrid. La crisis económica es importante porque hay un déficit anual de 16.000 millones de euros, para mucha gente insostenible e inabordable en un marco de crisis económica. Y, por otro lado, hay un cambio generacional. Las nuevas generaciones no tienen miedo. No han vivido la amenaza del franquismo y en un estado democrático consideran que es normal defender cualquier idea con votos y en las urnas.

Aurora Madaula, candidata en las listas de Junts per Catalunya / L. R.



Los primeros sondeos daban unos 20 diputados a Junts per Catalunya, por detrás de Ciudadanos y ERC, pero su tendencia es alcista. ¿Cuál de las dos formaciones es su gran rival en las elecciones?

Nuestro rival es el tripartito del 155. Es lo que queremos derrotar

¿Junts per Catalunya puede ganar las elecciones?

Veremos. Yo me he presentado para ganar, con todas las fuerzas independentistas, aunque desgraciadamente nos presentamos por separado. Yo promoví una candidatura unitaria que no prosperó. Queremos ganar porque tenemos al presidente de la Generalitat de Catalunya.

Los mensajes de Puigdemont desde Bruselas llegan al electorado independentista. ¿Cómo está acusando ERC la falta de liderazgo al estar Junqueras en la cárcel?

Nosotros tenemos al presidente, que no es una persona cualquiera, sino el presidente de una institución histórica como la Generalitat. El gobierno legítimo está formado por el presidente Puigdemont, por el vicepresidente Junqueras y por los consellers que fueron destituidos a partir del 155. Esto es lo que queremos recuperar.

¿Qué pasará si ninguno de los dos bloques tiene mayoría en el Parlament?

Hemos de hacer todo lo posible para ganar, porque en caso contrario no habrá respuesta posible.

Con la división del independentismo al no concurrir con una lista única, ¿se pueden igualar los resultados de 2015?

Se pueden igualar y mejorar. El independentismo ha ganado votos en las últimas elecciones. Una parte importante de la sociedad catalana, sobre todo a partir del 1 de octubre, ha dicho basta.

Un alto índice de participación juega a favor de los partidos españolistas.

No importa. Nosotros no tenemos miedo. Siempre debemos celebrar que la participación en unas elecciones sea alta. Queremos que nadie se quede en case y todo el mundo vote para restaurar las instituciones catalanas.

"No me parece que Colau sea una buena alcaldesa para Barcelona porque ha intentado hacer muchas cosas sin contar con el apoyo de los vecinos"

¿Y Barcelona ciudad que se juega en estas elecciones?

Si nosotros ganamos y podemos proclamar la República, Barcelona se convertirá en su capital. En la capital de la nueva Catalunya.

¿Qué papel puede jugar Catalunya en Comú, la única formación que se desmarca de la DUI y el 155?

Catalunya en Comú interpreta su papel en estas elecciones, pero se ha equivocado con su indefinición, con su falsa equidistancia. Están bastante en fuera de juego. El escenario actual está muy claro y hay que elegir entre la DUI o el 155 porque este artículo de la Constitución afecta a todos por igual, no hace distinciones entre independentistas y constitucionalistas. Cuando se suspenden partidas para comprar libros a las bibliotecas, se suspenden para todos. La equidistancia no vale. En estas elecciones nos jugamos 155 o democracia, 155 o instituciones catalanas. O nación o represión, que es lo que nos están dando.

Colau votó sí y sí el 9-N.

Aunque diga que votó sí y sí en 2014, Colau no es independentista. Puede haber cambiado de opinión y recuerdo que ha declarado en varias ocasiones que su capital es Madrid.

¿Es una buena alcaldesa?

No me parece que Colau sea una buena alcaldesa para Barcelona porque ha intentado hacer muchas cosas sin contar con el apoyo de los vecinos, empezando por la Superilla, la reforma de la Diagonal que ya se votó en contra, etcétera. No está bien. Entró con un superávit del que ya no queda nada.

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