A solo una semana de los comicios, el cabeza de cartel del PSC para las autonómicas del 21-D, Miquel Iceta, sigue sin desvelar a quién prefiere como futuro presidente de la Generalitat, a parte de a si mismo. Por ahora, solo se dedica en sus intervenciones a descartar a los líderes que no piensa apoyar. Y a la cabeza de sus descartes se sitúan sus dos rivales directos del bloque constitucionalista. “No me veo haciendo President de la Generalitat ni a Xavier García Albiol ni a Inés Arrimadas”, presidenciables del PP y Ciutadans, respectivamente, ha reconocido abiertamente durante una conferencia-coloquio en el Cercle d'Economia.
Lo único que ha dejado entrever de sus preferencias, o de sus vaticinios, es que se debe “intentar la investidura de un presidente no independentista que se comprometa a unas cosas tan básicas como cumplir la ley y hacer política. Y que no tenga espíritu de revancha sino la intención de reconciliar”. El perfil se asemeja mucho a un retrato robot del propio Iceta, visto con sus ojos.
Para complicarlo un poco más, el líder del PSC también ha descartado un hipotético apoyo a los partidos del independentismo. “Nuestro voto no irá a un presidente independentista. Los que están (en relación a Puigdemont, Junqueras y compañía) no se merecen seguir gobernando”. Y ha sentenciado “Los independentistas han mentido y han de digerir el fracaso de su operación política, de la vía unilateral”.
"NO PODEMOS GOBERNAR CON ERC"
Cerradas las puertas de bruces a los dos bloques -independentistas y constitucionalistas- el único camino que le queda al PSC es hacer president al líder de Catalunya en Comú, Xavier Doménech. Pero se antoja otro imposible. Según las encuestas, socialistas y comunes sólo podrían rozar algo parecido a una mayoria de gobierno de la mano de la lista de Junqueras. Pero Iceta se ha apresurado en advertir que “no podemos gobernar con ERC. No habrá un nuevo tripartito. No es posible, no es conveniente. No es lo que la gente espera” del PSC, ha subrayado el presidenciable.
Llegados a este punto, es cuando a Iceta no le queda otra que la autopromoción “Me veo presidente”, ha asegurado a los asistentes a la conferencia, a quienes ha hecho extensiva su apuesta por una entelequia: “Recuperar el catalanismo politico de toda la vida”. Pero, ¿Cuál? ¿El de la extinta Convergència i Unió? ¿El de Units per Avançar, sus compañeros de viaje de candidatura?
Ante el auditorio del Cercle d'Economia, Miquel Iceta ha avanzado algunas pinceladas de por donde podrían ir los tiros. “Hay que firmar un pacto de Estado por Catalunya con el resto de los españoles, porque Catalunya es el principal problema de España”, ha incidido. Y esa entente debería “reconocer las aspiraciones nacionales de Catalunya, sin privilegios, pero con el reconocimiento de su particularidad”. Esos cambios comportarían una reforma constitucional, seguida de un referéndum en toda España que debería tener “un apoyo masivo en Catalunya” para funcionar.
UN PROYECTO INTERESANTE Y BENEFICIOSO PARA CATALUNYA
Es decir, Iceta ha apostado por un pacto de corte federal, que no ha definido con precisión si sería simétrico o asimétrico. “El pacto no puede tener como finalidad contentar a los independistas sino convercer a los catalanes de que en España hay un proyecto interesante y beneficioso para Catalunya”. Y eso pasa por abordar ,“sin que Catalunya sea un arma electoral”, el debate sobre la financiación autonómica, el impulso a un plan de inversión estatal y la aprobación de “una ley orgánica en el Congreso que reconozca la pluralidad lingüística en España”. “Es un error plantear las inversiones públicas del Estado en Catalunya como una reivindicación, debe hacerse por su valor estratégico para España”, ha indicado el líder de los socialistas catalanes.
Lo que no se ha cansado de repetir Iceta es que hacen falta pactos, pactos y más pactos. Pactos tanto con Rajoy (que sería la segunda persona a la que llamaría si fuera investido President después de a su madre) como sectoriales con empresas y sindicatos. También ha roto una lanza en favor de la regeneración, tanto institucional como democrática, y por la recuperación de las políticas públicas de regulación, que garantizan la igualdad de oportunidades y la competencia. “La competencia estimula la innovación, hace bajar los precios y favorece las exportaciones”, ha recordado. Y ha sentenciado: “Promover el dinamismo de Catalunya significa el progreso de España”.