Venus O'Hara tiene más de 400 juguetes eróticos en su casa. No los acumula por placer. Los acumula por trabajo. La británica, que desde hace unos años vive en Barcelona, es la primera probadora profesional de juguetes eróticos de España. Desde muy joven tuvo claro que le gustaba el feminismo, pero creía que debía enfocarlo de una forma más lúdica y placentera. Literalmente. Por eso se convirtió en una “activista del orgasmo femenino” con el “sexo en positivo” por bandera. La joven, que parece sacada de un cuadro de Sandro Boticelli, reivindica la masturbación y el poder de la vulva. Sin tapujos.
En 2009 abrió su blog y, a día de hoy, sigue siendo la única web erótica sin Photoshop. Es la Sex Blogger número 10 del mundo, ha diseñado su propio vibrador y ha publicado tres libros: Deséame como si me odiaras, La máscara de Venus e Inglés para pervertidos. Su secreto para la armonía reside en despertarse de forma natural (sin alarmas), seguir un estilo de vida vegano y zen, no utilizar lubricantes y probar los juguetes siempre con protección. Sí, masturbación con preservativo.
Partimos de la base de que en el sexo falta feminismo, ¿no?
Sí, falta muchísimo. La liberación sexual es un mito. No estamos liberadas para nada. No hay mujeres que entren a las tiendas eróticas diciendo “quiero correrme como una loca”. Ese es mi trabajo: quiero aumentar la conciencia orgásmica. Una mujer conectada con sus genitales y sus emociones es mucho más orgásmica que un hombre. Yo tengo tres veces más orgasmos que un hombre.
Eres heterosexual pero en un momento puntual decidiste probar con mujeres. ¿A qué se debió ese cambio?
Dejé a un novio y quería cumplir esta fantasía que me torturaba.
¿Y se cumplió?
Sí, aunque fue difícil. Buscaba por Internet, pero para mí todo depende de la energía, la magia, el morbo, la emoción. Por suerte encontré a una antigua alumna que me confesó que cuando era su profesora estaba loca por mí. Así que... le volví a dar unas clases de inglés. (Ríe) Ella era más joven que yo, pero ya había estado con otras chicas. Fue muy diferente a lo que esperaba.
¿Repetiste luego?
Sí, estuve tres años probando con varias. Luego me di cuenta de que no soy bisexual, soy fluida.
Tendemos a poner etiquetas.
Lo habría pasado mejor sin este follón mental de etiquetas. Me preguntaba “¿qué soy ahora?”. Solo quería experimentar y por eso sufrí mucho internamente.
En algunos encuentros has visto a mujeres que fingían orgasmos.
Más que fingir es que ellas no sabían. Hay muy pocas mujeres con las que estado que sean orgásmicas liberadas. Hay más cariño y sensualidad que otra cosa.
¿Crees que esa persona no se da cuenta que está fingiendo?
Puede haber un momento de excitación y luego baja. Se nota cuando las mujeres llegamos al orgasmo porque la pelvis rebota, tenemos espasmos y nos tiemblan las piernas. Eso es inconfundible y más real que un gemido. Porque nosotras gemimos durante toda la estimulación sexual.
"Estuve tres años probando con varias (mujeres), pero luego me di cuenta de que no soy bisexual, soy fluida"
¿Has tenido problemas con personas que se sintieran intimidadas en la cama por tu conocimiento sexual?
Sí, es muy difícil encontrar a hombres que no se sientan intimidados, aunque los hay, y eso me da esperanza. He sufrido mucho por mi trabajo en mi vida personal. Mi trabajo es una misión. Hay gente que cree que lo que hago es un chollo, pero hay un lado oscuro. He hecho un gran sacrificio personal en los ámbitos sentimental, familiar y amistoso. Tengo mucho menos sexo ahora que antes, pero siempre es explosivo.
¿Sacrificio en ámbito familiar y amistoso también?
Algunos no quieren que sus hijos adolescentes sepan cuál es mi trabajo. A algunas parejas estables les hago mirar su vida sexual cuando formulo la palabra “sexo”. Si hablo de mi trabajo de repente se dispara la alarma y se sienten muy incómodos.
¿Crees que hay tabú?
Sí. Ven el sexo como algo malo y sórdido. Pero ese no es mi trabajo. Estoy haciendo algo positivo basado en valores y me frustra que haya personas que piensen que es un escándalo.
¿Has ayudado a personas con tu trabajo?
Sí, a veces me escriben después de tener su primer orgasmo. Mi objetivo cuando escribo una reseña de un juguete erótico es alentar a las mujeres a descubrirse. Muchas me dicen “ya tengo novio, no necesito un juguete”. Pero quiero animar a las mujeres a masturbarse cuando estén en solitario. Mi misión no es en pareja, es en la mujer cuando está sola con ella misma.
¿Para ti los juguetes son para experimentar solamente con uno mismo?
Siempre es bueno compartir, pero yo cuando estoy con una persona tengo ganas de piel y sensualidad, así que los juguetes se quedan en su caja. Cuando estoy sola es otra cosa. Sé muy bien cómo estimularme. Conozco las diferencias entre el punto G, punto A...
¿Punto A?
Está al final de la vagina, cerca del cérvix. Tienes que mover el dedo arriba. Es el orgasmo vaginal más intenso. Se puede conseguir por penetración. Si el hombre se queda quieto y tú te mueves apretando los músculos puedes llegar. Pero para el hombre es difícil quedarse en esa posición.
¿No has tenido problemas de comunicación dando tantas indicaciones?
¡Sí! Me preguntan: ¿Qué hago? ¿Me muevo o no?
Tú te masturbas todos los días.
Sí, hasta tres veces al día. Tengo que probar muchos juguetes y luego hacer reseñas. Al fin y al cabo soy como cualquier creadora de contenidos, edito vídeos, utilizo WordPress.
"Hacerlo por aburrimiento no creo que sea bueno porque me canso de mis fantasías"
¿Cómo te excitas para masturbarte tantas veces? ¿Ves vídeos?
Pues no me gusta el porno. No necesito ver a nadie explotada arriesgando su vida para excitarme. La integridad es mi valor numero uno. No quiero ver humillaciones.
Pero hay porno feminista ahora también, ¿no?
Sí, pero no me pone nada. Es difícil en la pornografía notar energía entre los actores. Puedes hacer el acto sensual, pero si no hay feeling... por eso me fijo en las caras. Hace unos años estuve de jurado en los Premios Ninfa. Yo... que no veo porno. Para mí con cerrar los ojos e imaginar me basta. Tengo una fantasía de que tengo un inquilino que es muy callado y llego a casa y lo pillo mirando mis bragas. Siempre como protagonista mi vulva.
Para que nos entendamos: tu método es imaginar y luego probar juguetes.
Sí, aunque la primera masturbación de la mañana es por placer. Ha habido momentos que me he enganchado a la masturbación. Sin embargo, hacerlo por aburrimiento no creo que sea bueno porque me canso de mis fantasías. Es mejor hacerlo cuando tienes ganas y necesidad.
¿No te cansas de probar juguetes? Porque imagino que muchos deben de ser los mismos o muy parecidos...
¡No te creas! En estos últimos años los juguetes han cambiado mucho. Ahora se llevan los succionadores de clítoris, juguetes que no vibran... me encanta ver un juguete porque de repente ya sé que voy a escribir sobre él.
¿Mantienes la misma curiosidad que al principio?
No tanto. No tengo esa ansiedad del principio, prefiero esperar a hacer el vídeo y así mi reacción será muy espontánea. Antes probaba los juguetes varias veces antes de hacer el vídeo. Ahora ya no. Hay que respetar al cuerpo. Además, me da miedo lo que llevan los juguetes porque es un sector no regulado, así que uso preservativo. En las instrucciones de los juguetes pone que no son para introducir.
¿De veras?
Sí, y falta mucha educación. He ido tres veces a urgencias por culpa de mi trabajo y los médicos no tienen ni idea de juguetes eróticos ni de los materiales con los que los hacen. El ginecólogo alucina conmigo porque le digo que estoy todos los días con orgasmos pero le pido espéculo pequeño, el de virgen, porque me pongo muy tensa. Y mira que he puesto cosas muy grandes en mi vagina...
"Creo que es importante dejar el juguete de lado, poner la mano entre tus piernas y abrazar tu vulva"
¿Qué crees que falta en el sexo?
Falta sensualidad. Faltan mujeres que manden en la cama y que sean conscientes de su propio placer. La confianza y el morbo son los ingredientes necesarios para el buen sexo: 90% feeling y 10% técnica.
¿Has mejorado en tu técnica después de probar tantos juguetes?
Sí, ha tenido una gran influencia. Hace tres años solo que tuve mi primer orgasmo con cunnilingus, porque yo pensaba que solo me gustaba lo vaginal, la penetración. Creo que es importante dejar el juguete de lado, poner la mano entre tus piernas y abrazar tu vulva. En definitiva, hablar con tu vulva y mirarla para conectarte.
La masturbación femenina sigue siendo un tabú.
Sí, y la vulva en general. Desde pequeños nos educan de tal forma que nos avergonzamos de su aspecto y su olor. Yo, de hecho, creo que olerse las bragas y los juguetes cada día es algo muy sano y positivo. Debemos hacer eso en lugar de estar lavándonos como unas locas para esconder el olor de nuestro “néctar”. Por eso luego la mujer no se relaja cuando alguien le practica sexo oral. Y el porno no ayuda nada. Es importante tener un espejo y ser consciente de que cuando te bajas las bragas es para dar guerra, no para avergonzarte.